En una entrevista publicada ayer en Semana Económica, el presidente Martín Vizcarra anunció que el próximo mes su gobierno presentará ‘algunas modificaciones’ a la Ley Universitaria para hacerla ‘más potente y tener mejores resultados’.
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Si bien el presidente no dio más detalles, consultamos aquí a dos exautoridades del sector Educación sobre algunos posibles cambios que favorecerían a la reforma universitaria y a su ente rector, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu).
‘Es necesario promover la accesibilidad, el diálogo, la búsqueda de puntos de encuentro entre la comunidad universitaria, el Consejo Nacional de Educación, la Sunedu, el Ministerio de Educación y el sector productivo, para generar una política de educación’, opina el exministro de Educación, Idel Vexler.
Asimismo, considera necesario ‘no limitar’ la reforma solo al licenciamiento. Lo ideal, recomienda, es que se provea a la universidad pública de ‘recursos y herramientas’ para potenciar la investigación, mejorar sus equipos e infraestructura e invertir en la calidad del talento docente investigativo.
Sunedu debe continuar adscrita al Ministerio de Educación, aunque con la autonomía que le corresponde. ‘Cualquier cambio que se haga debe ser para mejorar y fortalecer la universidad pública y promover la iniciativa privada de calidad en el sistema universitario. Que no sea un retroceso’, finaliza.
Por su parte, la extitular de la Sunedu, Lorena Masías, considera que toda modificación planteada a la ley debería pasar por un debate entre los actores del sector, para así llegar a un consenso informado.
‘Puede haber algunos aspectos académicos que requieren mayor precisión. Por ejemplo, pensemos en la educación virtual. La ley detalla que solo el 50% de las clases de Pregrado pueden ser virtuales, pero habría que preguntarse si este es un criterio adecuado para limitar la educación virtual’.
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Así, propone que la ley podría no establecer un límite de este tipo, sino enfocarse en que la educación virtual tenga la calidad adecuada y tenga mejores prácticas. ‘También se podría tener un enfoque menos punitivo y más centrado en incentivos para que las universidades puedan alcanzar una educación de calidad’.
De otro lado, propone que las mejores universidades no repitan cada tanto el proceso de licenciamiento -que hoy se otorga por periodos de 6 a 10 años-, sino que este se les entregue de forma permanente. ‘Con ello, los recursos de la Sunedu se gastarían de forma más eficiente, enfocándolos en las universidades que aún no demuestran la excelencia. Hay que establecer criterios claros’.
Mauricio Niño
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