El derrumbe del puente Morandi en Génova, norte de Italia, ocasionó el martes pasado la muerte de casi 40 personas y llamó la atención sobre la calidad de estas infraestructuras en todo el mundo.
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Ante esta tragedia, cabe preguntarse: ¿podría pasar lo mismo en nuestra ciudad? ‘El problema a nivel global suele ser el mismo. A las autoridades les encanta inaugurar obras, ya sean puentes u otra infraestructura; pero no les dedican los recursos necesarios a su mantenimiento’, lamenta el ingeniero Javier Cornejo, presidente del capítulo de Ingeniería Civil del Colegio de Ingenieros del Perú.
En la ciudad, el mantenimiento de puentes vehiculares y peatonales corresponde a la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) y a los municipios distritales. En cambio, la red nacional de puentes en carreteras es responsabilidad del Ministerio de Transportes (MTC). ‘Los puentes son construidos para tener una vida útil de 50 años. Sin embargo, el mantenimiento permanente puede alargar su vida. Cada año, debería realizarse un cronograma para su inspección’.
Los puentes que pasen el medio siglo de construcción también deberían ser evaluados con estándares actuales, para saber si su uso es seguro o si deberían ser reemplazados por una nueva estructura. En Lima, los puentes están expuestos a golpes y choques de vehículos, causados usualmente por conductores imprudentes. Cuando ello ocurre, muchas veces no se realiza la reparación necesaria.
‘El puente de la Av. La Marina que cruza la Av. Brasil es permanentemente golpeado por su baja altura. Lo mismo pasa en los puentes Huánuco (en la Vía de Evitamiento) y Atocongo (en la Panamericana Sur). Deberían revisarse para saber el tipo de mantenimiento que se les debe hacer’, alerta Cornejo.
Otro de los problemas que enfrentan los puentes es la corrosión del acero que los compone. ‘La humedad de Lima es un agente ‘cancerígeno’ para estas estructuras. Por eso, se debe pintarlas cada año y revisar las fisuras. Estas pueden ser corregidas fácilmente para evitar que la corrosión se inicie’.
El año pasado, el Puente Solidaridad sobre el Rímac, construido el 2010, colapsó. La Contraloría estimó el perjuicio económico en S/5 millones. En los puentes sobre ríos, la prevención debería incluir la limpieza de los cauces y la protección de los cimientos.
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‘Las autoridades y los actuales candidatos a la alcaldía deberían prestar especial atención al mantenimiento de las estructuras. Así se evitarán deterioros y accidentes’, invoca el ingeniero Cornejo.
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