Catherine Millet (70) es crítica de arte, ensayista y escritora. Su libro La vida sexual de Catherine M. (2001), en el que contó sus encuentros con múltiples amantes, fue todo un best seller.
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Pero su nombre ha resonado en estas épocas de resurgimiento del feminismo, por haber firmado un pronunciamiento -junto a la actriz Catherine Deneuve y otras feministas francesas- contra el Me Too. Allí acusa a este movimiento de ser una cacería de brujas que quiere imponer un nuevo puritanismo. Aquí le explica su posición a Publimetro.
¿Cómo podemos decir que no existe el patriarcado si en lugares como la India, América Latina o África hay tantos casos de violencia de género y acoso sexual que la justicia y la sociedad ignoran?
Es evidente que no formulo la misma apreciación sobre esa situación para Francia y países de Europa Occidental, con otras partes del mundo. Sé muy bien que la situación de muchas mujeres en esos lugares es mucho más difícil y que los feminicidios son más comunes que en mi sociedad. Pienso, sin embargo, que es necesario bajo cualquier condición y situación -a menos que un país esté en guerra, porque eso trae otros problemas-, que en países como los nuestros, no debemos encerrar a las mujeres en la posición de eterna víctima. Sin embargo -y esto fue lo que le critiqué al movimiento Me Too-, el deseo de hacer justicia por uno mismo es problemático. En lugar de eso hay que corregir la justicia oficial.
Entonces, ¿qué mecanismos propone usted, desde la iniciativa ciudadana, para que las mujeres sean escuchadas?
Creo que existen asociaciones, por ejemplo, que ayudan a las mujeres y especialmente a mujeres en sectores populares que no tienen recursos para pagar una defensa legal. Además las ayudan a denunciar para que los abusadores puedan ser juzgados. También es necesario que cualquier proceso se inicie de manera muy temprana. A menudo, los juicios llegan demasiado tarde, y cuando esto pasa, es difícil obtener la verdad sobre los hechos. Pienso que el papel de estas asociaciones feministas, que acompañan a las mujeres que sufren violaciones, debería ser explicar que hay que hablar inmediatamente. No debemos guardar algo así en secreto, no debería haber vergüenza en haber sido violada.
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¿Qué le molesta más del movimiento Me Too?
Una de las cosas que más me molestan de este movimiento es que mezcla gestos inapropiados o intentos de seducción vulgares con una violación. Así, este movimiento -al menos en Francia- tendió a tapar un poco los problemas ‘reales’ con cuestiones que me parecen más fútiles. Le doy un ejemplo: muchas de las denuncias que se hicieron en redes sociales con el hashtag #MeToo fueron para decir cosas del tipo: ‘Un hombre me tocó en el metro; alguien me dijo groserías sobre mi cuerpo en un coctel; he trabajado con un bailarín que tenía gestos inapropiados conmigo’. Por favor, las feministas millennials deberían dejar de usar tanto las redes sociales…
¿No cree que hay que luchar con todas las armas contra el abuso de poder o el acoso sexual?
Claramente hay ejemplos de abuso de poder que toman una forma sexual en el mundo profesional de hoy. Al menos, nosotros en Francia tenemos una ley desde hace varios años que condena todo tipo de acoso laboral y eso incluye el acoso en el mundo profesional. Pero sí, por supuesto, hay que luchar, es necesario. Ahora, pienso que lo más importante son los asuntos de desigualdad en el trabajo. Porque una mujer que se afirma en el trabajo se vuelve más fuerte en sus relaciones personales con los hombres; de alguna manera, eso la protege y le da un status de seguridad.
¿Está de acuerdo con esa frase que dicen muchos hombres de hoy: ‘A las mujeres ya no se les puede decir nada’?
Sí, pero depende de a qué mujeres se refieren. Ese es el peligro que ha generado este novedoso movimiento del Me Too. Tengo, por ejemplo, un amigo al que acusaron de dar declaraciones sexistas y misóginas; él es un talentoso bailarín, pero después de estas declaraciones, le cancelaron su espectáculo. Esto me pareció muy grave, porque él no violó a nadie, ni cometió ningún delito contra las mujeres que lo acusaron de este tipo de cosas solo por haber dicho algo. Creo que es importante diferenciar la gravedad de los hechos y no perder la perspectiva de las cosas.
Por: Luz Lancheros (Metro World News)
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