Cómo evitar la baja autoestima en niños

La baja autoestima en niños, muchas veces, suele ser complicada de identificar, pues puede confundirse fácilmente con actitudes que son vistas como negativas.

Por ejemplo, es bastante común haber escuchado o haber dicho las típicas frases: ‘Estás demasiado engreído’ o ‘anda a jugar con los demás niños, anda a socializar’. Lo que, sin embargo, muchas veces parece una simple actitud, puede en realidad ser un indicio de una baja autoestima.

Por eso, Yordana López, autora del blog ‘El Baúl de Antonia’, brinda información que, seguramente, servirá a todo padre para evitar que sus hijos sufran de este problema:

Validar sus emociones

Si tu hijo/a acude a ti sintiéndose de cierta manera y expresándolo, es importante valorar este acercamiento y, al mismo tiempo, darle la importancia debida a esta situación.

No etiquetarlos ni compararlos

Uno de los errores más frecuentes, y más fáciles de cometer, es etiquetarlos o compararlos con alguien más. Sin embargo, este tipo de expresiones pueden terminar haciendo más daño de lo que uno creería y a la larga afectar seriamente su autoestima.

No hay que transmitirles miedos innecesarios

Que los padres tengan ciertos miedos no quiere decir que los hijos deban tenerlos también. Es importante dejar que ellos mismos desarrollen sus propias conforme vayan creciendo y aprendiendo.

Hay que dejarlos tomar decisiones

Decidir por ellos en todo podría resultar contraproducente con el paso del tiempo, pues no permitiremos que logren desarrollar correctamente su capacidad de análisis y acción.

Valorar sus esfuerzos y no los resultados

Es importante demostrarles que sea cual sea el resultado, si uno realmente se esfuerza, siempre se podrá rescatar algo bueno.

Las amenazas y gritos no son la mejor manera de decirles las cosas o educarlos

Siempre entenderán mejor si uno se sienta con ellos y les explica lo que estuvo mal, para así ayudarlos a comprender por qué es importante que cierta acción no se repita. Los niños/as son muy buenos receptores cuando se les habla con paciencia y suelen captar las cosas con más facilidad de lo que uno creería.

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