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Una gran historia de un hijo y su padre que trabajaron juntos como bomberos

Por Redacción Publimetro

Muchos padres quisieran que sus hijos sean como ellos, que sigan sus pasos y que luego los superen, pero no todos tiene esa dicha o viven esa experiencia por la que sí han pasado Sergio Polo, bombero de la Compañía Lima N° 4 ubicada en Lince, y su padre, Hernando. Ambos trabajaron juntos en esta noble profesión, enfrentaron emergencia terribles como el incendio de Mesa Redonda del 2001 y compartieron mucho tiempo juntos. En el Día del Padre , Publimetro conversó con Sergio para conocer más de esta historia y un poco de la de su propio hijo que, aunque aún es niño, también quisiera ser bombero como su padre y su abuelo.

¿Cómo llegaste a convertirte en bombero?

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‘Mi papá me trajo (a la compañía) a los 17 años. Él se reintegró después de mucho tiempo como bombero y es ahí donde yo me engancho. A esa edad yo estaba por terminar el colegio, tenía el cabello largo, usaba aretes y montaba skate. Miraba esto (la estación de bomberos) y decía ‘¿oe, y esta vaina qué es?, ¿qué voy a hacer yo aquí?’. Luego vi los camiones, la gente, la camaradería y unión que había y me empezó a llamar la atención. A los 18 decidí presentarme. Cuando me hicieron la entrevista y me preguntaron mi apellido se dieron cuenta que mi padre también era bombero’

¿Cómo era la relación con tu padre en el trabajo?

‘Mi primer día fue una masacre. Limpié desde el primer piso hasta el último. ‘¿Tú eres el hijo de Hernando Polo? Mucho gusto, haz esto y esto’, me dijeron. Así fue mi bienvenida y poco a poco fui agarrándole cariño al trabajo. Mientras yo limpiaba y trapeaba, mi padre ya estaba uniformado y mirándo cómo trabajaba y hasta él mismo me decía dónde me faltaba limpiar’.

‘Creo que esa formación te hace tenerle cariño a la institución. Te das cuenta que hay varios que se preocupan por ti y tú te preocupas por ellos a la vez. En una emergencia grande siempre veía si mi padre estaba bien y siempre lo veía trabajando fuertemente. Cogía su maletín, su equipo de oxígeno y entraba al incendio a trabajar. Yo miraba y me sentía tranquilo’.

Como dos chorros de agua

Sergio Polo cuenta que incluso la carrera que lleva como técnico de seguridad también fue forjada por su padre ya que él le enseñó mucho sobre el tema de seguridad industrial y que por eso son muy parecidos en muchos aspectos. ‘Mi mamá me dice: ‘tú eres igual a tu padre. Haces los mismo, eres bombero, trabajas en casi lo mismo, tienes el mismo carácter y eres bastante bueno en los que haces’. Pero yo no quiero ser igual, quiero ser mejor, por eso me sigo capacitando’

‘Cuando tenía cinco años usaba un jumper rojo, casco de bombero y salía jugar y los vecinos me señalaban. Hoy me río imaginando ese recuerdo y viéndome ahora’, también dice.

Padre e hijo en Mesa Redonda

‘Estuvimos juntos en el incendio de Mesa Redonda en diciembre del 2001. Yo ese día estaba con fiebre y en cama y mi padre salió primero, pero al ver la magnitud del incendio por la tele me saqué la vía intravenosa y fui al lugar. Durante toda la emergencia no nos vimos, yo no lo buscaba y simplemente me dedicaba a hacer mi trabajo. Ya a las cinco de la mañana yo estaba en una ambulancia deshidratado y él aparece con un corte en el dedo. Ambos nos preguntamos si estábamos bien y luego él regresó a la emergencia’.

La mejor enseñanza del padre

‘Agradezco a mi padre el que me haya dado ese carácter y temple para hacer estas cosas, porque si yo me dejo que me invadan los sentimientos me convierto en parte de la emergencia y dejo de ser la solución’.

Otro posible bombero de tercera generación

Sergio también nos cuenta que su hijo hoy tiene 11 años y vive en España desde los 4, pero que cuando vivía con él, veía que tenía mucho entusiasmo por querer ser bombero al igual que su padre y su abuelo.

‘En una des las veces que mi hijo vino a mi trabajo, él tenía tres años y su mameluco rojo, cuando se presentó una emergencia a la que tuve que ir. Mi hijo quería ir conmigo y mi padre tuvo que agarrarlo porque insistía en que quería seguirme. Cuando regresé de la emergencia, encontré a mi hijo hecho un mar de lágrimas y me reclamó. ‘¿Por qué no me llevaste? Yo quería ir. No me llevaste’, me dijo entre lágrimas y me hizo llorar a mí también’.

‘Yo quisiera que mi hijo sea bombero, pero allá (en España) porque la profesionalización es amplia y tienen un nivel bastante alto. Pero si tiene la oportunidad de venir al Perú y ser bombero aquí, yo le daría todo el apoyo requerido para que él concrete su anhelo de ser bombero como su padre y como su abuelo’.

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