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POR ZOË MASSEYFotógrafa@ZoePix
Esta semana hemos sido testigos (una vez más) de los más duros calificativos, insultos, intolerancias, odios, ataques y hasta amenazas. Hemos visto cómo la presión de las redes sociales puede empujar a marcas a tomar decisiones drásticas sobre sus auspicios y a radios a recortar personal por lo mismo. Pero, seamos honestos, ¿lo hubieran hecho las marcas o la radio si no se ejercía la presión? Claramente no lo habían hecho antes, no seamos tan ilusos. Es una curita puesta sobre una herida enorme. Recordemos cuántos se treparon al Ni Una Menos y cuántos siguen siendo parte de ese movimiento…
Quisiera creer que cada vez son más quienes se despercuden de estas intolerancias, pero luego vas a cualquier sitio con la TV prendida y te das cuenta que no es así, que el homosexual en nuestro país sigue siendo motivo de burla, la mujer es minimizada o ‘simplemente’ sexualizada, y los auspiciadores ahí, felices, sin remordimientos.
Quisiera creer que algún día marcharemos todos juntos de la mano hacia una misma meta, pero queda claro después de este sábado que nos falta mucho. Que durante décadas nos han mantenido en la ignorancia y la incapacidad de tener un pensamiento crítico, al precio de una promesa siempre incumplida. Durante décadas, diferentes gobiernos nos han mecido con el casi chiste de estar en la última rueda del desarrollo educativo. Y hoy se ven los resultados.
Hoy es el Día de la Mujer. ¿Sabes por qué se conmemora y no se ‘celebra’? Si la respuesta es negativa, ahí sustentas mi explicación anterior. Hace un par de años, una librería ponía en oferta para esta fecha novelas románticas y libros de autoayuda. Este año veo ofertas de salones de estética, de belleza y hasta de bares a los que las mujeres podrán ir a beber gratis (me pregunto si eso es un regalo para la mujer, realmente). Y ahí nos volvemos a minimizar.
Anda al cine a ver Moonlight (Luz de Luna), que te toque el alma y entiendas un poco, que no es algo ajeno.
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Anda al Teatro de la Asociación de Artistas Aficionados (AAA) a ver ‘Los Niños Perdidos’, obra que habla sobre la violencia familiar e infantil. Basada en el libro ‘A los pinches chamacos’ de Francisco Hinojosa, es presentada por la compañía teatral El Fénix Producciones de México (solo va los días 9, 10 y 11 de marzo a las 8 p.m. en Jr. Ica 323, Lima). Pero no solo vayas a verla, anda a cuestionarte un poco. ¿Qué genera esta violencia infantil? ¿No seremos nosotros, los adultos, quienes andamos luchándola equivocadamente? Digo, si son los adultos los que agreden, minimizan, segregan y discriminan, entonces ese famoso currículo escolar no es solo una urgencia en los colegios, debería ser aplicado a los adultos también. Y así evitaríamos escenas de agresión tales como las vistas en estos días, o en el día a día en nuestro país.
Perú, yo te adoro con orgullo, pero a veces, cómo dueles carajo. Soy profesora de un colegio privado y directora de un colectivo que educa a niños de colegios del Estado. Veo los opuestos por completo y caray, que se necesita a gritos avanzar. Por favor, hagámoslo, sino estaremos condenados a quedar estancados en un mismo presente espantoso por más décadas.
No solo lee más, entiende lo que lees. Anda más al teatro y vive lo que ves (me incluyo en esta tarea). Desconéctate más de las malas noticias y lee casos que te inspiren, deja de consumir TV un tiempo y fíjate si no sientes el mundo diario distinto. Y, sobre todo, si vas a defender un punto, primero infórmate tú mismo al respecto y luego, con bases fundadas, no insultes por no tener palabras con las cuales apoyar tu punto. Sé que provoca, pero nos estamos destruyendo entre nosotros en vez de avanzar. Y luego nos quejamos de los políticos, de la realidad, del no futuro.
Me pregunto: ¿La próxima semana nos acordaremos de esto?
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Si no la necesitas, no la pidas. Controlemos el uso innecesario de los materiales de plástico
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