Un canadiense que padece una enfermedad mental y que estaba desaparecido desde 2012 fue encontrado por la policía brasileña en la Amazonia, tras deambular a pie por un territorio plagado de predadores.
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Anton Pilipa, de 39 años, había sido visto por última vez en Vancouver cinco años atrás, hasta que las autoridades brasileñas lo hallaron descalzo y lanzando insultos al aire en una carretera de Ji-Paraná, en el norteño estado de Rondonia, el 28 de noviembre del año pasado.
“Un equipo (de la policía) constató su comportamiento anormal y lo llevó a un destacamento, en virtud de que dijo ser canadiense, no portar documentos y no hablar portugués”, relató la policía federal de carreteras en su página de Facebook.
“No supo decir su apellido ni de dónde venía. Solo que se llamaba Anton”, añadió.
Helenice Vidigal, la policía que tomó el caso del misterioso extranjero por saber hablar inglés, dijo por su parte que el hombre que se desplazaba temerariamente entre los autos y camiones que circulaban por la autopista daba “claras señales de padecer una enfermedad mental”.
“Lo primero que me llamó la atención fue su aspecto: muy rubio, ojos azules, piel blanca sin ninguna protección, sin calzado. Rondonia es un lugar muy caliente para andar caminando descalzo”, escribió en la red social.
Pero a mediados de diciembre, Pilipa escapó mientras recibía tratamiento en un hospital del área, poco tiempo antes de que las autoridades lograran contactar a su familia en Canadá a través de la embajada.
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“Infelizmente, cuando encontramos a la familia no teníamos idea dónde estaba Anton”, dijo Vidigal.
Las autoridades brasileñas lo buscaron frenéticamente y el 25 de diciembre recibieron el dato de que había sido visto en la Amazonia.
“Ahí nos preocupamos seriamente por su seguridad. En esa región existen grandes predadores como jaguares, yacarés y serpientes. Es la selva amazónica”, escribió la policía.
Finalmente, fue encontrado y se reunió con su hermano, Stefan, que lo llevó de regreso a su país.
“Estoy sorprendido de que esté con vida y haya llegado tan lejos”, dijo a la cadena canadiense CBC.
“Muchas veces me sentí frustrado y me preguntaba: ¿Dónde estará? ¿Qué le sucedió?”, agregó.
Stefan describió a Anton como un activista que prestaba asistencia a personas pobres antes de enfermarse.