Cientos de brasileños salieron el viernes a las calles de Rio de Janeiro. No por la inauguración de los Juegos Olímpicos, sino para protestar contra el presidente interino de Brasil Michel Temer.
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“No tenemos nada contra la antorcha ni contra los Juegos Olímpicos. Nuestra manifestación intenta mostrar a la prensa internacional y al mundo lo que está pasando en Brasil: un golpe de Estado. Que hay un parlamento controlado por una elit y por una fuerza reaccionaria”, dice Messias Simão, integrante del sindicato de trabajadores de Minas Gerais.
Los manifestantes se concentraron frente al lujoso hotel Copacabana Palace de Rio, a pasos del estadio olímpico de vóley playa, frente a las miradas de cientos de turistas e integrantes de delegaciones de todas partes del mundo.
Rousseff fue suspendida en mayo mientras es juzgada por el Congreso por presunto maquillaje de las cuentas públicas.
