Por Rollin Cafferata
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La Gran Parada Militar es quizá el evento más esperado por los peruanos en el año. Cientos de personas se dan cita en la avenida Brasil para ver desfilar a nuestras Fuerzas Armadas. La algarabía de los ciudadanos un día antes de que se lleve a cabo se asemeja a la de aquellos fanáticos que acampan fuera del local para alcanzar ver a sus ídolos más de cerca.
El evento, que se celebra todos los 29 de julio, cuenta siempre con la asistencia del Presidente de la república, el Consejo de ministros, el arzobispo de Lima y el Cuerpo diplomático.
Mas ¿cuál es el sentido de su realización? ¿Acaso la exhibición pública de nuestras fuerzas armadas busca generar la sensación de seguridad entre los ciudadanos?
“La Parada militar es un recordatorio de la presencia de los militares y del ejército en la historia de la república”, explica la doctora en historia y catedrática Carmen McEvoy. Como se sabe, en ella desfilan la Marina de Guerra, la Fuerza Aérea, La Policía Nacional y el Ejército.
“Desde Junín y Ayacucho, el ejército ha cumplido un rol fundamental, garante del orden, protector de la república y forjador de la nación. De igual manera sus miembros han sido considerados, al menos en la primera Constitución, como ciudadanos de primera categoría”, agrega.
Es decir, además de un recordatorio, la Parada Militar es un homenaje a las fuerzas armadas y su importancia histórica. Su relalización busca celebrar la “actuación del ejército en algunos momentos claves, como la Guerra del Pacífico o más recientemente la guerra en el VRAEM”, finaliza McEvoy.