Se cumple un año del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba. Para los estadounidenses, el embargo turístico impuesto por su gobierno parece ser algo fácil de burlar cuando buscan saciar su curiosidad por la isla caribeña.
PUBLICIDAD
Un ejemplo es el de este instructor de yoga que llenó los requisitos de viaje, pero que una vez en La Habana, no ha seguido los muchos procedimientos que debería cumplir.
‘Para ser honesto, es un chiste. Nadie va a comprobarlo, no hay razón para que nos pidan hacer eso. Estuvimos vacacionando como turistas todo el tiempo”, dice David Saxby, instructor estadounidense de yoga.
Entre otras restricciones, los viajeros deben seguir un programa específico, salir con un guía y no pueden hacer recorridos. Además deben registrarse en alguna de las 12 categorías de turismo permitido como proyectos deportivos, religiosos, o periodísticos.
Saxby y su amigo Ryan eligieron la de investigación profesional, porque buscaban reunirse con otro instructor de yoga. Durante su estancia, decidieron apoyar a la comunidad.
‘Decidí venir y ver si podía darles una mano, y ahora puedo decir que construí un techo en Cuba’, señala el viajero Ryan Gillespie.
Casi 100.000 estadounidensesvisitaron Cuba durante los primeros cuatro meses de 2016, el doble en comparación con ese periodo en 2015.
PUBLICIDAD
‘Bueno estoy muy feliz, porque viene y hace donaciones y eso es el principio”, dijo Eduardo Pimentel Vasquez, instructor cubano de yoga.
Con los recientes permisos de operación otorgados a aerolíneas y cruceros, se espera que el número de turistas siga en aumento.
Fuente: AFP