MARÍA PÍA ARRIOLA
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Verdes y rojos yacen apilados los sacos de basura en la zona conocida como Puente Ruinas, entrada al Santuario Histórico de Machu Picchu , Cusco. Juntos suman 15 toneladas de residuos, lo que se genera diariamente en este lugar.
‘La mayoría, el 70%, es producida por el turismo; viene de hoteles y restaurantes. Solo el 30% de residuos es generado por la población local’, explica Mili Escalante, responsable del área técnica del Municipio de Machu Picchu Pueblo.
Sin embargo, como los desechos solo salen dos veces por semana en vagones de PeruRail, pueden acumularse por 3 o 4 días en el mismo lugar, a la vista de turistas y vecinos locales.
Por eso la Unesco ha anunciado que nuestra maravilla mundial podría ser incluida en la lista de patrimonios en riesgo.
Para hacer frente a este problema, la empresa privada ha decidido actuar. En convenio con la comuna local, el grupo AJE ha comprado dos compactadoras para aliviar la contaminación visual y medioambiental. Una es para los residuos orgánicos (80% de los desperdicios) y otra para los inorgánicos (la mayoría son PET).
‘Machu Picchu es como una isla, porque la basura entra, pero no puede salir (no hay carreteras hacia el Cusco). Las máquinas que hemos instalado van a permitir que la basura salga de manera fluida y que esta zona quede limpia’, dice Jorge López-Dóriga, director ejecutivo de Comunicaciones y Sostenibilidad de Aje.
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La infraestructura implementada puede compactar hasta 200 kilos cada dos minutos, por lo que los volúmenes podrán ser cuatro veces más pequeños. De esta manera, la basura ya no tendría que acumularse a la intemperie, sino en el centro de acopio de la municipalidad hasta que puedan ser trasladada por tren.
Los residuos orgánicos compactados luego serán llevados hasta el relleno sanitario de Urubamba. Por su parte, los PET serán comprados a la Municipalidad de Machu Picchu Pueblo por la empresa AJE y serán trasladados a su planta recicladora en Puente Piedra (Lima).
Para el viceministro de Gestión Ambiental, Mariano Castro, es un gran homenaje para Machu Picchu haber concretado esta instalación justo en la semana en la que se conmemoraron los nueve años de su declaración como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.
‘Esta es una respuesta al pronunciamiento de la Unesco y es una demostración de que se puede avanzar juntos: empresa privada, gobierno nacional, gobierno local y ciudadanos’, refirió.
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