La escasez de alimentos en Venezuela ha dejado las neveras vacías en varios hogares. Eso ocurre en el de Liliana Rojas, quien vive en un empobrecido barrio de Caracas junto a su esposo y tres hijos.
PUBLICIDAD
“Aquí si se desayuna no se almuerza, y si se almuerza no se cena, para poder una harina rendirla, para que dure dos días”, cuenta Rojas.
Y la carestía de alimentos básicos que llega al 80% según un reciente sondeo, no sólo ha cambiado la dieta de su familia, sino su rutina.
En la casa de Mayra Ramos la situación es similar.
“Ahorita es la hora del almuerzo, ahorita hago una pasta sancocho plátano y ya, porque la hija mía salió a hacer mercado, pero todavía no ha llegado y las veces que hemos salido no hemos conseguido nada, uno viene con las manos peladas, o dos harinitas, o dos pasticas, sin nada”, señala.
Muchos venezolanos recurren a contrabandistas de productos básicos que los venden a costos muy superiores a los fijados por la ley.
Golpeada por el desplome de los precios del crudo, Venezuela padece una profunda crisis política, institucional, social y económica, con la inflación más alta del mundo (de 180,9% en 2015) y que el FMI proyecta en 700% para este año.