La población debe evitar comprar teléfonos celulares robados porque al hacerlo pone en riesgo su vida, pues podría convertirse en la próxima víctima del mismo delincuente, manifestó el general César Gentille Vargas, jefe de la Región Policial Lima.
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El oficial aseveró que el crimen organizado se favorece de esta práctica tan extendida en la gente que no está concientizada en proteger su vida, pues al adquirir un teléfono celular robado activa un negocio ilícito.
En diálogo con la agencia Andina, explicó que son varios los sectores del Estado comprometidos en evitar esta irregular venta, entre ellos el Ministerio Público, Sunat, además de la Policía Nacional y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
“El MTC, por ejemplo, tiene facultad de obligar a las empresas de telefonía móvil que anulen la línea del teléfono robado, como también del equipo telefónico”, precisó.
Detalló que la Policía tiene la facultad de intervenir los puntos de venta por presunción de dudosa procedencia (mala fe) o de receptación (dolo), pero como no hay agraviado, el caso siempre se queda inconcluso.
“A veces es muy difícil seguir la huella de cada celular que se incauta”, agregó.
Sin embargo, indicó, los agentes pueden intervenir un comercio conjuntamente con la Sunat en caso no pagaran sus impuestos.
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“A través de ese operativo, manifestó Gentille Vargas, la Policía puede armar un caso y con la Sunat podemos encausarlo por un delito específico o una infracción’, agregó.
Asaltos a jóvenes
Sobre los asaltos perpetrados en las últimas semanas contra estudiantes universitarios, Gentille Vargas refirió que estos robos son una variación de la tipología delictiva que hoy busca a víctimas personas que puedan rendir réditos sin dificultad.
“Los estudiantes son vulnerables, no cargan plata pero sí objetos de valor como laptops, tablets, celulares. Se han convertido en los nuevos botines de los malhechores’, señaló.
Aclaró que en el caso de los alumnos de la Universidad Mayor de San Marcos los delicuentes son de una zona cercana a esa casa de estudios, donde hay focos delictivos como en Mirones Bajo y El Planeta, por la avenida Argentina.
A ello se suma la existencia de una pista inconclusa que obliga a los universitarios a caminar unas cinco cuadras a altas horas de la noche para tomar sus colectivos. Es una obra que no se terminó por descuerdo entre la Municipalidad de Lima y la universidad.
‘Queremos que se habilite la pista cuanto antes. Hemos fortalecido la presencia policial en esa zona mientras se resuelva ese problema”, precisó finalmente.
Fuente: Andina
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¡A la cañita dile no!
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