KAREN ESPEJO
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El 2 de setiembre de 1969, cuando el profesor Len Kleinrock, de la Universidad de California (UCLA), supervisó el primer intercambio significativo de datos entre dos computadoras, jamás hubiera imaginado la revolución que estaba despertando.
La investigación fue uno de los tantos aportes universitarios detrás de ARPANET, un proyecto del Departamento de Defensa de EE.UU., para preservar y compartir información en contextos hostiles como la guerra. Así nació Internet, una red que hoy traspasa todas las esferas de nuestras vidas.
Actualmente, para buena parte de la población, resultaría imposible vivir desconectados. En solo 60 segundos, se realizan en el mundo 4,19 millones de búsquedas en Google, se suben 67.000 fotos (tomadas en su mayoría con celulares y ya no con las viejas cámaras de rollos) y se reproducen 1,3 millones de videos en YouTube desde diversas plataformas.
A decir del sociólogo Sandro Marcone, presidente del Instituto para la Sociedad de la Información (IpSi), Internet se está volviendo omnipresente. ‘(Esta red) ha salido de las computadoras para pasar a dispositivos de la vida cotidiana. A largo plazo, todo va a estar conectado y eso abre nuevos caminos’.
La manera en la que nos estamos ‘apropiando’ del conocimiento ha cambiado, afirma. ‘Hoy yo no tengo más conocimiento porque tengo muchos libros, sino porque tengo acceso a mayores flujos de información que me interesan’, señala.
Un buen ejemplo es Netflix , donde se diluye la línea que separa la televisión del Internet. ‘Antes tú pagabas la TV por cable para tener cierta cantidad de canales. Hoy Netflix no te vende 5 mil películas; te vende la capacidad de acceso para ver las películas que quieras, según tu estado de ánimo en ese momento’, indica.
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Qué diferencia a lo que sucedía en la época del VHS, el Betamax o hasta hace poco con el DVD ¿Verdad? Sin embargo, este no es el único cambio que Internet viene generando en nuestras vidas. La red de redes está causando impactos también en nuestra cultura e identidad.
‘Hoy los chicos son hinchas de un equipo peruano y de uno europeo, que quizás no sea muy famoso, porque han podido conocer su trayectoria. O son capaces de socializar con gente de Turquía sin problemas. En Minecraft, por ejemplo, donde se manejan códigos propios del juego, un niño puede jugar con alguien de China sin necesidad de hablar su idioma’
Sin embargo, señala Marcone, en medio de estos avances hay un enorme discusión. ‘Hay que preguntarnos si estamos yendo hacia una verdadera sociedad de la información o si simplemente nos estamos convirtiendo en una sociedad con más tecnología. El primer escenario es el gran desafío’, señala.
A decir del especialista, Internet es la gran oportunidad que tenemos hoy en día para construir una sociedad más democrática, donde, por ejemplo, todos los colegios estén conectados y los alumnos aprendan las mejores formas de conseguir contenido. ‘No se trata de llenarnos de tecnología. Se trata de darle a la tecnología un sentido social’
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¡A la cañita dile no!
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