El periodista Rafo León deberá cumplir un año de reglas de conducta, luego que la jueza a cargo del caso se reservara fallo condenatorio en el proceso seguido contra él por el delito de difamación en contra de la ex editora de El Comercio, Martha Meier.
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Según lo resuelto por el 42º Juzgado Penal de Reos Libres de Lima, a cargo de Susan Coronado Zegarra, la sentencia incluye el pago de una reparación civil ascendente a S/ 6,000 a favor de la demandante.
El origen de esta querella fue la columna que León escribió en la revista Caretas, contestando a la ex editora de El Comercio, Martha Meier, quien había criticado duramente la gestión de la ex alcaldesa de Lima, Susana Villarán.
La columna de Rafo León llevaba como título ‘¿Qué hacemos con la primita?’, y motivó que Meier demandara al periodista por el presunto delito de difamación.
La lectura de la sentencia contó con la asistencia de periodistas como Gustavo Mohme Seminario, director del diario La República; Raúl Tola, Rosa María Palacios, Luis Jaime Cisneros; del excandidato presidencial Alfredo Barnechea; y del exprocurador Julio Arbizu, entre otros.
Apelará sentencia
El periodista adelantó que apelará la decisión en su contra e incluso acudirá, de ser necesario, a instancias internacionales.
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Desde la sede del Poder Judicial, en el centro de Lima, ratificó que el solo hecho de haber sido enjuiciado por el artículo que escribió en una revista es un atentado a la libertad de prensa.
Según su criterio, la magistrada Susan Coronado Zegarra interpretó antojadiza y equivocadamente como difamación lo escrito por él, cuando -según aseguró- el contenido de su articulo no constituye un hecho delictivo.
‘Apelaremos y, de ser necesario, nos iremos ante entidades internacionales’, expresó el hombre de prensa, en declaraciones a los medos que lo esperaban en la puerta de la sede judicial.
Reafirmó que esto crea una mordaza y genera un precedente negativo contra la libertad de prensa y el ejercicio profesional del periodismo.
Según dijo, confía plenamente en su inocencia y en los abogados a cargo de su defensa legal.
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¡A la cañita dile no!
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