El terremoto de 7,8 grados que asoló el norte de Ecuador el pasado 16 de abril, dejando más de 650 muertos, nos hizo recordar lo vulnerable que es toda la región ante eventos de esta naturaleza.
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‘Esto no hay que olvidarlo. Nos ubicamos en un país altamente sísmico, expuesto a este tipo de riesgos permanentemente. Por eso, hay que aprovechar estas épocas de silencio sísmico para adoptar medidas de prevención’, explica Miguel Yamasaki, coordinador del Centro de Operaciones de Emergencia del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci).
Pero ¿qué tan preparados estamos para afrontar un sismo de gran intensidad?
Una encuesta realizada en abril por la empresa de investigación de mercado Opino (www.opino.pe) , realizada a 300 personas de 21 a 60 años de Lima y Callao, revela que aún hay mucha desidia en la población sobre este tema.
Según el sondeo, casi el 90% de encuestados consideró que la capital es poco o nada segura ante un terremoto. Sin embargo, solo 6 de cada 10 participa activamente de los simulacros.
Asimismo, el 83% carece de una mochila de emergencia en casa y 60% no tiene un botiquín, a pesar de que estos elementos pueden ayudarlos a sobrevivir durante las horas siguientes a un terremoto, hasta que llegue la ayuda. ‘Veamos el caso de Ecuador: mucha gente salió despavorida de su casa y se quedó solo con la ropa que tenía encima, o quedó atrapada bajo escombros. No tuvieron qué beber ni qué comer durante al menos dos días’, dijo Yamasaki.
Por eso, las mochilas de emergencia deben ubicarse en lugares visibles de la casa y cerca de las zonas de salida. Estas deben contener agua embotellada y alimentos perecibles para uno o dos días, en cantidades suficientes para todos los miembros de la familia.
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También deben contener mantas (para abrigo), linterna (con pilas aparte), dinero en efectivo, cuchilla multipropósito, bolsas de plástico resistente y el botiquín.
Además deben ser personalizadas, explica Yamasaki. ‘Si hay un bebe en casa, deben tener pañales, biberón, etc. Si hay adultos mayores o personas enfermas, hay que guardar allí sus medicinas’.
Según el sondeo de opino. pe, el 84% de encuestados dice saber qué hacer ante un fuerte movimiento. Sin embargo, destaca Yamasaki, no hay que olvidar que las reacciones deben ser distintas en cada caso.
‘Si estamos en una vivienda precaria, autoconstruida o ubicada en un cerro, lo mejor es salir de la casa a una zona despejada, porque es probable que esa estructura colapse’, señala. Sin embargo, también hay que tomar en cuenta que esas viviendas deben ser reforzadas desde ya por ingenieros o arquitectos.
Si estamos en una casa o edificio construido adecuadamente, lo mejor será protegerse cerca de los amarres de vigas y columnas, buscando siempre alejarnos de las lunas u objetos pesados que puedan caer
¡A la cañita dile no!
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