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POR VERÓNICA KLINGENBERGERPeriodista@vklingenberger
Hace cinco años, un candidato de izquierda ganó las elecciones del Perú. Era una izquierda más limitada que la de hoy, liderada por un tipo, a todas luces sin luces, un ex militar sin carisma ni ideas, que tuvo que moderar su discurso para triunfar en segunda vuelta. Sí, Humala gobernó desde la derecha, pero la mayoría de seguidores de Frente Amplio parece no reconocer que hace tan solo cinco años el Perú le dio la oportunidad a un candidato de izquierda. ¿Qué tan responsable es el decepcionante gobierno de Humala del resultado actual? ¿Hace cinco años, acaso muchos peruanos no votaron también por un cambio?
En el otro extremo, los neoliberales más radicales no reconocen los logros del Nacionalismo en estos últimos cinco años. Para hablar solo de los económicos (porque hay otros, en educación por ejemplo), el gobierno de Humala (aunque él seguro no sepa ni cómo) ha conseguido reducir sostenidamente la pobreza aún cuando la economía mundial haya dado muestras de un desaceleramiento considerable. Hace poco, Gonzalo Alcalde ponía sobre la mesa información que a los medios, e incluso el propio gobierno, se les ha ‘escapado’ compartir: ‘…entre 2011 y 2014, Perú redujo en 5 puntos porcentuales la pobreza y en 2 puntos la pobreza extrema (ambas según una definición monetaria de este fenómeno). En comparación, en América Latina y el Caribe la pobreza sólo se redujo en 1,6 puntos durante este período, y la pobreza extrema incluso aumentó 0,4 puntos. Sin embargo, lo más destacable es que, durante los últimos años, los avances se sostuvieron cuando se desaceleró la economía. En 2014 se redujo la pobreza 1,2 puntos con crecimiento de sólo 2,4%, mientras en la región sólo se redujo en 0,1 puntos’.
Los polos siempre se parecen. No entiendo los entusiasmos recalcitrantes de ambos lados, sobre todo los de verolovers y ppkausas, -el fujimorismo es más complejo y más fanático aún en sus entusiasmos-. He leído y escuchado opiniones que parecen pataletas generadas a partir de una perspectiva de país sumamente sesgada. Y me refiero a líderes de opinión con miles de seguidores. La mirada obtusa que tiene la derecha de los sectores AB sobre los simpatizantes del Frente Amplio es enervante (e insultante en la mayoría de casos: eso de ‘terrucos’ ya fue el colmo). Pero el revanchismo de buena parte de la izquierda es también ridículo y se equivoca tremendamente cuando imagina a la derecha encarnada en un pituco limeño. Sí, seguro el pituco promedio representa muchas de las cosas que despreciamos, pero más de la mitad del Perú ha votado por Fujimori (una derecha populista pero derecha al fin y al cabo) y PPK (quien mejor representa el modelo neoliberal).
PPK va a tener que dar señales de que de verdad quiere ganar. Por un lado, debe dejar las alianzas con grupos que promueven el odio: Parejas Reales, ¿de verdad? El Perú sigue en el medioevo en cuanto a derechos y libertades individuales -en ese tema tan crucial, Veronika Mendoza fue admirable y valiente- y con el congreso electo no deberíamos esperar avance alguno. Por otro, deberá promover una lucha frontal contra el narcotráfico -el Perú es el primer productor de cocaína del mundo-, la principal fuente de ingresos del terrorismo actual. Una buena idea para esta segunda fase de campaña sería resaltar todas las irregularidades de figuras centrales del fujimorismo implicadas en el lavado de activos (sin ir muy lejos, la Procuraduría ha solicitado el levantamiento del secreto bancario, tributario y bursátil del secretario general de Fuerza Popular, el hombre fuerte detrás de Keiko) y allanamiento de drogas (los 100 kilos que se encontraron en una empresa del congresista más votado, Kenji Fujimori). También deberá negociar con la izquierda, y de verdad, en vez de pretender diálogos huecos y risibles con radicales como Gregorio Santos. Se puede ser pro minería y plantear propuestas concretas de protección del medio ambiente y desarrollo para los departamentos mineros del Perú. El centro es ese espacio que debe empezar a llenar. Finalmente, el mundo dejó de ser dual hace muchísimo tiempo.