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Conocida por sus antigüedades y sus construcciones milenarias, la ciudad siria de Palmira vio gran parte de su patrimonio reducido a escombros y cenizas tras 10 meses en manos del grupo Estado Islámico. Algunos pronostican que su reconstrucción tardará cinco años, pero otros consideran que nunca volverá a ser la de antes.
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El gobernador de la provincia de Homs sostuvo que el 30% de la ciudad antigua ha sido destruido.
“Antes de que las pandillas del Estado Islámico abandonaran la ciudad, instalaron explosivos y minas en la mayoría de los sitios arqueológicos, en las calles principales y en los edificios estatales’, señala Talal Barazi.
Ahora, expertos del ejército sirio trabajan para desactivar las bombas, y esperan la llegada de sus aliados rusos para dar una mano.
En medio de la destrucción, una buena noticia: algunas de las más importantes piezas del museo pudieron ser evacuadas antes de que llegara el Estado Islámico y trasladadas a Damasco, bajo control del régimen.
Mientras algunos son optimistas y esperan que en cinco años la ciudad haya recuperado su brillo, otros afirman que el daño está hecho y que Palmira nunca volverá a ser la misma que fue antes de la llegada del Estado Islámico.