El presidente estadounidense, Barack Obama, inició este domingo una visita histórica a Cuba, uno de los últimos bastiones del comunismo y país con el que desea pasar la página de la Guerra Fría, aunque poco antes de su arribo decenas de disidentes fueron detenidos.
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“¿Qué bolá, Cuba?, escribió en Twitter ya en suelo cubano, recurriendo al popular saludo de ese país. “Apenas aterrizo, quiero encontrar y escuchar de primera mano al pueblo cubano”, agregó.
Barack Obama es el primer presidente de Estados Unidos en 88 años que pisa la isla.
Con esta visita quiere sellar el restablecimiento de relaciones logrado en 2015 y reforzar la imagen de un Estados Unidos diferente al que por décadas promovió intervenciones y consideró a América Latina como su patio trasero.
Antes de dejar la presidencia, a inicios de 2017, Barack Obama debe asegurarse de que sus avances con Cuba no puedan revertirse, sea quien sea su sucesor en la Casa Blanca.
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Escuchar a los disidentes
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Pero sus intenciones en este viaje pueden verse empañadas por la detención, poco antes de su llegada, de decenas de opositores del grupo Damas de Blanco.
Los manifestantes se habían concentrado cerca de una iglesia para manifestar a favor de los derechos humanos, como suelen hacer cada domingo.
Danilo Maldonado y Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, están entre los detenidos que fueron acorralados por agentes de seguridad y grupos a favor del gobierno comunista y llevados en vehículos fuera del lugar.
“Barack Obama está siendo cómplice de un gobierno, de una dictadura”, había dicho Maldonado a la AFP una hora antes de ser detenido.
El lunes, Barack Obama se encontrará con Raúl Castro para abordar, entre otros, el sensible tema de los derechos humanos, y al día siguiente tiene previsto conversar con disidentes en este país de partido único.
Ese mismo día dirigirá un discurso al pueblo cubano que será trasmitido en directo por la televisión.
En La Habana Vieja
Este domingo al atardecer y bajo la lluvia y extremas medidas de seguridad, Obama emprendió una visita por La Habana Vieja, el hermoso casco colonial de la capital.
Al cabo del recorrido, sostuvo un encuentro con el cardenal Jaime Ortega, en la catedral.
La lluvia pareció espantar a los curiosos, entre los que había más extranjeros que cubanos.
Agentes policiales y de civil llenaban el Castillo de la Real Fortaleza y la Plaza de Armas, donde Barack Obama fue recibido por el historiador de la ciudad, Eusebio Leal.
Entre los escasos cubanos que se acercaron a ver pasar a Barack Obama estaba Ariel Hernández, un ingeniero civil de 42 años. “Creo que me dejaron estar aquí porque, con mi mochila, me confundieron con un turista”, dijo a la AFP.
“Llegó Barack Obama, qué bien, esto es un momento histórico. El clima podrá estar en contra y aguar su paseo, pero los cubanos estamos a favor de esta visita porque dará un impulso a esta nueva relación”, comentó Daynei Abreu, de 29 años, dueña de unos de los negocios ubicados en torno a la embajada.
– Apertura pese al embargo – Aunque no puede anular el embargo económico contra Cuba vigente desde 1962, pues es una atribución del Congreso que domina actualmente la oposición republicana, Obama ha decretado una serie de medidas de alivio a las restricciones.
El levantamiento del embargo, que cada año es solicitado por Naciones Unidas, es también la principal demanda de Cuba, que le atribuye buena parte de sus penurias económicas.
Además, las empresas estadounidenses están ávidas por hacer negocios en Cuba. El sábado, la cadena Starwood (Meridien, W, Westin y Sheraton) anunció un acuerdo para abrir dos hoteles de lujo en La Habana antes de fin de año.
También el portal Airbnb obtuvo autorización de Estados Unidos para ampliar sus operaciones en Cuba.
Sin cambiar lo esencial
Del lado cubano se asegura que con Obama no habrá debate sobre la situación interna.
“Nadie podría pretender que para avanzar hacia la normalización de relaciones Cuba tenga que renunciar a uno solo de sus principios”, enfatizó el canciller Bruno Rodríguez.
Según la Casa Blanca, está descartado un encuentro de Obama con el líder Fidel Castro, alejado del poder desde 2006 por motivos de salud.
Obama visita Cuba cuando falta un mes para el Congreso del Partido Comunista, único en Cuba y que decide la cúpula de mando.
Raúl y Fidel Castro recibieron el viernes y el sábado respectivamente al presidente venezolano Nicolás Maduro, en una señal de solidaridad con un gobierno muy cuestionado por Washington.
Pese a sus diferencias, Obama y Raúl Castro encontraron el escenario ideal para mostrar las coincidencias de los dos países: el partido de béisbol entre la selección de Cuba y el Tampa Bay de las Grandes Ligas en el que son esperados ambos el martes en el Estadio Latinoamericano.