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JORGE SÁNCHEZ HERRERANÓMENA ARQUITECTURAARQUITECTO/URBANISTAJORGE@NOMENAARQUITECTOS.COM
Como arquitectos, una de las etiquetas de las que más nos cuesta desprendernos es de la del tipo de buen gusto que llega para poner el toque final. Luego de que se decide el lugar, programa, financiamiento y gestión del proyecto, viene el colofón: ‘Llamen al arquitecto, a ver si además esto queda simpaticón’. A veces bien ganada, esta etiqueta también ha quebrado la relación entre la arquitectura y los problemas que debe resolver el Estado, aunque hay excepciones.
El Plan Selva es una reciente iniciativa del Ministerio de Educación que aborda el problema de la educación de la Amazonía peruana. Conversé con la arquitecta Elizabeth Añaños, quien a comienzos del 2015 fue convocada por el Minedu para coordinar el área de infraestructura del plan. Elizabeth ha venido trabajando junto a otros 11 jóvenes arquitectos y un diseñador industrial para que el Plan Selva ayude a reducir la brecha de infraestructura ‘a través de un sistema replicable, escalable, flexible y de calidad’, en zonas rurales remotas.
De los 15 mil colegios que hay en la Amazonía, más del 50% está en mal estado o debe ser reemplazado. ‘Hablamos de lugares con condiciones climáticas extremas, de muy difícil acceso y que muchas veces no cuentan con saneamiento físico legal. Hacer un colegio allí puede costar hasta siete veces más que hacerlo en otro lado, pero no por eso vas a dejar de hacerlo’, me dice Elizabeth.
Estas dificultades hacen que exista una ejecución menor al 12% de los Proyectos de Inversión Pública en colegios a ser reemplazados en la Amazonía. Por ello, durante las primeras reuniones con el ministro Javier Saavedra y el equipo del Minedu, idearon un sistema que pueda funcionar alternativamente a las formas tradicionales de contratación con el Estado. En lugar de pensar en colegios que solo pueden ser construidos, digamos, enteros e in situ, plantearon diseñarlos con módulos prefabricados, de tal forma que, al ser bienes, puedan ser licitados por paquetes y además resulte fácil trasladarlos a zonas rurales. ‘Comprar prefabricados como bienes, puede acelerar la intervención y cubrir la brecha educativa en zonas rurales en forma más rápida’, sostienen.
El equipo desarrolló un catálogo compuesto por módulos principales y conectores con los que se pueden armar diversos kits o sistemas que permitan adecuarse a los requerimientos, ya sea de pequeños colegios de un aula, internados o hasta grandes instituciones educativas. Kits que no solo incluyen la parte inmueble, sino también las carpetas, mesas, computadoras, cocinas, etc., así como paneles solares y sistemas de saneamiento.
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Estos módulos son espacios flexibles que pueden adecuarse a diversos usos. Por ejemplo, hay módulos que pueden servir como aula, biblioteca, sala de cómputo o laboratorio. Otros pueden servir como comedor y cocina o taller. Y también como dormitorios o sala de usos múltiples. Los conectores actúan como articuladores de estos módulos y sistemas de acceso. Así, el catálogo contiene distintos tipos de rampas, escaleras y plataformas, que además sirven como espacios complementarios exteriores de los módulos. ‘De esta forma, se pueden crear colegios completos con la diversidad de usos que requiera la localidad en la que se implanta’, sostiene el equipo.
De los primeros 79 colegios licitados, 10 estarán listos en abril. Es una experiencia tangible de una mejora en la educación como política de Estado.
El Plan Selva me da gusto no solo porque pretende ocuparse de esos más de 900 mil niños desatendidos históricamente, ni porque es un programa que fácilmente le tapa la boca a los que como zombis repiten que ‘en los últimos cinco años no se ha hecho nada’. El Plan Selva me da gusto, sobre todo, porque es una muestra de que la utilidad del arquitecto excede considerablemente la de ser la cereza de la torta, y que por su formación puede y debe ser incluido en los procesos de gestación de los proyectos, más aún si hablamos de proyectos públicos como estos.
- El equipo de trabajo convocado para este Plan Selva es integrado por Elizabeth Añaños, Claudia Flores, Sebastián Cillóniz, Jose Luis Villanueva, Miguel Chávez, Gino Fernández, Alvaro Echevarría, Alfonso Orbegoso, Karel van Oort, Daisuke Izumi, Alejandro Torero y Luis Miguel Hadzich.*