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Cada mes se registran 10 casos de feminicidio

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En los últimos años, la violencia hacia la mujer se ha incrementado en el Perú, advierte María Edith Baca, consultora nacional de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en víspera del Día Internacional de la Mujer, que se celebra mañana en todo el mundo.

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‘Si hace cinco años teníamos entre seis y siete feminicidios al mes, hoy llegamos a los nueve o diez’, lamenta la especialista. Solo el año pasado se reportaron 95 feminicidios consumados y 198 tentativas, según cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.

Pero esta no es la única mala señal. El Perú ocupa el tercer lugar en el mundo entre los países con mayor prevalencia de mujeres entre los 15 y 49 años que sufren de violencia sexual por parte de sus parejas.

Solo estamos por debajo de Etiopía y Bangladesh, donde las cifras de abuso sexual crecen, pues las mujeres son obligadas a casarse antes de los 15 años.

¿A qué se debe tanta violencia en nuestro país? Baca afirma que la responsabilidad no solo recae en el Estado. ‘Se han mejorado los sistemas de registro, de denuncia de víctimas y de ayuda. Pero todavía hay nudos críticos en el Poder Judicial para la resolución de las sentencias y falta fortalecer los servicios de salud. Pero esto no es lo único’.

Según la especialista, la sociedad también juega un rol importante. ‘Existe una permisividad de la población frente a todas las formas de violencia en la vida diaria; se ha naturalizado. Vemos violencia y sentimos que está mal, pero no expresamos un rechazo ni una respuesta activa. Entonces este fenómeno crece sin freno’.

Las mujeres, señala, deben tener en claro los primeros signos de violencia que pueden presentarse en una relación de pareja. ‘Los más evidentes son la violencia física, sexual y psicológica, pero hay otras formas iniciales de sometimiento como el control’.

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Intentar controlar la forma de sentir, pensar y actuar del otro, en aspectos aparentemente inofensivos, como la vestimenta, los amigos o el tiempo de dedicación al hogar, son la puerta de entrada a otras formas de violencia.

Asimismo los celos, que muchos justifican como consecuencia del amor, no es más que un signo de sometimiento. ‘Eso no es amor; es control, y ellas deben darse cuenta de esto para frenarlo a tiempo’.

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