Bolivia decide este domingo si el presidente Evo Morales puede presentarse a una nueva reelección, que le permitiría permanecer en el poder, que ejerce desde 2006, hasta 2015, en una consulta marcada por denuncias de corrupción.
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Hasta la semana pasada, los partidarios y detractores de la reforma constitucional estaban empatados en las encuestas.
Sin embargo, acusaciones de tráfico de influencias contra Evo Morales cambiaron la situación, y según los últimos sondeos divulgados antes de iniciada la veda el jueves, los partidarios del No (47%) superan a los del Sí (27%).
Los primeros resultados se conocerán el domingo hacia las 18H00 locales (22H00 GMT) con recuentos de sufragios que emitirán los canales privados de televisión desde los centros de votación.
Más tarde, el tribunal electoral divulgará los primeros resultados oficiales.
En una consulta en la que el voto es obligatorio, unos 6,5 millones de bolivianos deben pronunciarse sobre la reforma de la Carta Magna, que autorizaría a Evo Morales a postularse a un nuevo mandato de cinco años, de 2020 a 2025.
El dirigente izquierdista, que inició su primer gobierno en 2006 y ha sido reelecto dos veces, tiene el récord de permanencia en el poder desde la independencia del país en 1825.
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Acusaciones
Sin embargo, la consulta de este domingo se le ha complicado al líder boliviano, exponente del Socialismo del Siglo XXI, por acusaciones de corrupción.
Evo Morales, de 56 años, se ha visto afectado ante un escándalo por supuesto tráfico de influencias en favor de la empresa china CAMC, en la que su expareja, Gabriela Zapata, trabaja como gerente comercial.
La compañía logró contratos públicos por unos 560 millones de dólares, lo que ha llevado a la Contraloría y al Congreso a investigar el tema.
CAMC se adjudicó en 2013 dos tramos de una vía férrea entre los departamentos de Cochabamba (centro) y Santa Cruz (este), de una extensión total de 159 kilómetros que se conectarían con una planta de urea y amoniaco, en fase de construcción por la firma coreana Samsung.
Evo Morales negó cualquier delito de tráfico de influencias a favor de su expareja, con quien tuvo hace unos 10 años un hijo que luego falleció. Estos hechos eran desconocidos en Bolivia.
De perder este domingo, sería la primera derrota electoral directa de Evo Morales en sus diez años en el poder, aunque en 2015 su partido ya perdió plazas clave en los comicios municipales.
Morales, primer indígena en llegar a la presidencia de Bolivia, también podría verse perjudicado por las consecuencias de un ataque el miércoles a la alcaldía de El Alto, ciudad vecina de La Paz en poder de la oposición. En el ataque e incendio murieron seis personas.
Los opositores atribuyen el ataque a miembros del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS), pero los oficialistas acusan a la alcaldesa Soledad Chapetón por no responder a las demandas de los vecinos.