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Un ejemplo sencillo, el médico ginecoobstetra Luba Soskin halló que el número de embarazos se disparó hasta un 10% durante la temporada en que el Huracán Sandy atacó Nueva York.
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No creas que es coincidencia, porque esto ha sido tendencia en otras oportunidades muy similares. En 2007 también hubo un incremento de embarazos cuando una enorme precipitación inundó la zona dejando comunidades enteras aisladas en Cloucestershire, Reino Unido.
¿Será que el riesgo de morir le pone más picante al amor? ¿o solo un instinto de supervivencia?
Es cierto que la guerra no puede compararse con los desastres naturales (sino con la idiotez humana), pero el riesgo de “no existir” es igual de latente.
Vayamos a Siria. La vida continúa, a pesar de la violencia. El amor se hace un espacio igualmente entre los escombros de Homs, por ejemplo, donde un fotógrafo sirio de bodas no tiene mejor escenario que las calles derruidas por los constantes bombardeos.