Algunas brasileñas que contrajeron zika durante su embarazo tras la picadura del mosquito Aedes Aegypti ya han optado por abortos preventivos clandestinos, confirmó a la AFP el doctor Artur Timerman, presidente de la Sociedad Brasileña de Dengue.
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Un grupo de activistas, abogados y médicos anunció el inicio de una batalla legal en la Corte Suprema para que se autorice la interrupción del embarazo en casos de microcefalia, y también cuando mujeres embarazadas que hayan contraído el virus zika no quieran seguir adelante con la gestación. Se trata del mismo grupo que en 2012 ganó una batalla similar que culminó en la legalización del aborto en casos de fetos anencefálicos.
Con más de 404 casos de bebés nacidos con microcefalia en Brasil y otros 3.670 casos sospechosos detectados desde octubre pasado en medio de un brote de zika, contra un total de 147 casos confirmados en todo 2014, Brasil está en el centro de la alerta sanitaria mundial decretada esta semana por la Organización Mundial de la Salud.
En Brasil, la ley solo permitía hasta 2012 el aborto en casos de violación y riesgo de vida para la mujer.
– Abortos preventivos – En los consultorios aumenta la preocupación de las futuras madres.
El presidente de la Sociedad Brasileña de Dengue contó que al menos dos mujeres recurrieron a él recientemente presentando síntomas del zika, que en general son más leves que los del dengue, transmitido por el mismo mosquito: fiebre, dolores en todo el cuerpo, manchas en la piel, conjuntivitis.
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“Una de ellas tenía seis semanas de gestación, la otra ocho. Yo confirmé el diagnóstico” y ante el riesgo de que la infección se transmitiese al feto, Timerman supo después que ambas decidieron interrumpir su embarazo con otro profesional.
“Mi función es técnica: informar que el riesgo existe, que es expresivo, pero precisamos más recursos para poder cuantificarlo, establecer la real magnitud del problema”, advirtió este infectólogo que como profesional no recomienda el aborto, aunque personalmente cree que la mujer debería poder optar.
Esperen para quedar embarazadas “hasta que tengamos una mejor dimensión de lo que está pasando”: esta es la recomendación que el doctor y profesor universitario Thomaz Gollop, de Sao Paulo, hace a sus pacientes que quieren tener hijos.
– Batalla legal – En Brasil, además de ser ilegal, el aborto todavía es considerado por muchos un tabú, aunque se estima que se practican alrededor de un millón de interrupciones clandestinas del embarazo cada año.
“¿Cómo podemos obligar a una mujer a tener un hijo gravemente deficiente por un factor que está completamente fuera de su control? Eso es inhumano”, argumentó el doctor Gollop, que integra el grupo que pedirá ante la Suprema Corte permitir el aborto en casos de infección por zika.
Uno de los grandes misterios del zika es su discreción: en sólo 20% a 30% de los casos la persona infectada presenta síntomas.
Con los exámenes disponibles actualmente, se puede detectar hasta siete días después de que los síntomas comenzaron. Pasado ese período, rastrear el virus no es posible. Al menos por ahora.
En tanto, la microcefalia es detectable durante el embarazo sólo a partir de la 24ª semana. Por ello, Timerman defiende la polémica idea del aborto preventivo frente a un aborto en un estadio avanzado.
– ¿Una generación de bebés microcefálicos? – “La principal complicación del zika es la microcefalia. Si no somos enfáticos en la necesidad de que nuestras mujeres eviten el embarazo, vamos a tener una generación de niños con microcefalia. Es una tragedia”, lamentó.
De su lado, el juez penal Jesseir Coelho está de acuerdo con autorizar los abortos en casos de microcefalia, pero sólo cuando las lesiones no sean compatibles con la vida fuera del útero.
“Entiendo que si la Suprema Corte permite el aborto en casos de fetos que nacen sin cerebro, puedo hacer una autorización para casos de microcefalia, en que hubiese una comprobación que el feto nacería sin vida”, explica este juez de Goiania, quien ya autorizó al menos tres abortos con síndromes de Edwards y de Body-Stalk por la misma razón.
Pero grupos anti-aborto sostienen que esta práctica equivale a una “selección de especie”, ya que la microcefalia puede acarrear diversos grados de lesión.
Hasta que no haya mayores certezas sobre la relación entre el virus y las lesiones que provoca, los médicos recomiendan posponer los embarazos.