Las imágenes de la estatua dorada de 37 metros de alto, erigida en medio de un campo de la provincia de Henan (centro), habían dado la vuelta al mundo esta semana.
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El monumento, que representa a Mao sentado, pensativo, en un sillón, fue terminada a finales de diciembre tras nueve meses de labor.
Pero al poco tiempo de ser levantada, apareció parcialmente destruida, según la web de información People’s Net, cercana al Partido Comunista, que indicó que los motivos de esa destrucción no son claros.
El medio contó sin embargo, citando a fuentes mediáticas no especificadas, que la estatua no fue registrada ni aprobada por el gobierno local, lo cual pudo causar su destrucción.
En internet circulan varias fotos cuya autenticidad no pudo ser comprobada que muestran un agujero en la parte trasera del busto de Mao.
Las autoridades locales no pudieron ser contactadas.
Según la web de noticias HMR.cn, la construcción de la estatua fue financiada por varios empresarios locales y costó unos tres millones de yuanes (460,000 dólares).
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Fundador de la República Popular de China en 1949, Mao, que falleció en 1976, sigue siendo una figura respetada en China, donde el Partido Comunista ejerce una estricta censura que permite ocultar algunas de las decisiones del Gran Timonel que causaron millones de muertos, desde el Gran Salto Adelante (1958-1962) hasta la década de la Revolución Cultural, lanzada en 1966.
Posibles motivos
Pero las imágenes de la efigie, que representaba al Gran Timonel sentado en actitud de reposo y mirando al frente, habían sido acogidas con burlas y críticas. En las redes sociales, los internautas habían criticado la falta de semejanza de la estatua con su modelo, así como un gasto que, en su opinión, se hubiera invertido mejor en fines sociales.
Las críticas también atacaron que el coloso, que con 36,6 metros de altura hubiera sido la mayor estatua dedicada a Mao en China, se hubiera construido sobre tierra cultivable, un bien escaso en el país más poblado del mundo.