Solo queda una etapa para que se adopte definitivamente este paquete de nuevas leyes de defensa, una votación en sesión plenaria en el Senado, que debería producirse en las próximas horas o los próximos días a pesar de la feroz oposición que ha despertado el texto.
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El jueves, en dos ocasiones y ante un primer ministro impasible, los miembros de la oposición y de la coalición en el poder rodearon al presidente de la comisión especial, antes de abalanzarse contra él y acabar empujándose unos a otros.
El parlamentario de la oposición Tetsuro Fukuyama pronunció un acalorado discurso explicando por qué su partido había presentado una moción para tratar de impedir la adopción de esta reinterpretación de la Constitución pacifista de Japón.
“¿Escucha el partido en el poder las voces del público? Pueden hacer todo lo que deseen porque tienen mayoría. ¿Es así como piensan?”, lanzó, al borde de las lágrimas.
La tensión fue en aumento y la validación de los textos fue retrasada varias veces, mientras los parlamentarios bloqueaban las puertas y taponaban los pasillos en señal de protesta.
Para sus oponentes, estas leyes, que permitirán a Japón intervenir para defender a un aliado, son incompatibles con la renuncia a la guerra recogida en el artículo 9 de la Carta Magna impuesta en 1947 por Estados Unidos.
Según sus detractores, esta nueva lectura de la Constitución podría precipitar al país al lado de los estadounidenses en guerras por todo el mundo.
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Por su parte, Abe defiende que es necesaria una evolución legal frente a las amenazas crecientes de China y Corea del Norte.
El primer ministro considera que se trata de una normalización de la situación militar de Japón, limitada desde el fin de la guerra a la autodefensa y a misiones de ayuda humanitaria o logística.
“Esta ley es indispensable para proteger la vida y la paz de nuestros ciudadanos y debe ser adoptada lo antes posible”, declaró el lunes Abe ante el parlamento.
Estas últimas semanas, miles de japoneses han salido a la calle casi a diario para protestar contra las nuevas leyes.