El líder norcoreano, Kim Jong-un, ordenó este viernes a sus tropas que estén listas para el combate en la frontera de la península dividida, donde crecen la tensión tras un inusual intercambio de tiros de artillería entre ambas Coreas.
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La decisión fue tomada en una reunión de emergencia con la Comisión Militar Central, el jueves, después de este enfrentamiento.
Seúl disparó decenas de proyectiles en respuesta a un supuesto ataque con misiles de Pyongyang.
El gobierno local de Yeoncheon, 60 km al norte de Seúl, informó que los residentes de la región fronteriza recibieron la orden de abandonar sus hogares y trasladarse a unos refugios.
Pyongyang por su parte dio un ultimátum de 48 horas a Seúl para desactivar unos altavoces ubicados en la frontera y con los que Corea del Sur reemprendió una guerra de propaganda.
La advertencia vence el próximo sábado.
Pero el Ministerio de Defensa de Corea del Sur rechazó la demanda y aseguró que la propaganda continuará. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, urgió el viernes a Corea del Norte y a Corea del Sur a que frenen un incremento de la tensión entre los dos países.