‘La violencia no es la manera correcta de solucionar los problemas. Nos toca a los adultos dar el buen ejemplo y enseñar a los niños a resolver pacíficamente los conflictos’, indicó ayer el ministro de Educación, Jaime Saavedra, durante la presentación de la campaña ‘Cero bullying, somos patas’.
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La iniciativa busca sensibilizar a alumnos, profesores y padres de familia sobre la importancia de la convivencia escolar, con la orientación de especialistas. La campaña se extenderá por tres meses en colegios a nivel nacional.
Entre setiembre del 2013 y julio del 2015, se han registrado 3 mil 244 casos de violencia física, psicológica y sexual en las escuelas, especialmente en Lima, Junín, Ayacucho y Piura. Fueron reportados por los 35 mil colegios públicos y privados afiliados al Sistema Especializado contra la Violencia Escolar (SíseVe), del Ministerio de Educación.
‘El 60% de los casos se pueden calificar como bullying, es decir, un acoso sistemático e intencional, donde se establece una relación de poder sobre la víctima’, detalla Patricia Giraldo, especialista de SíseVe.
Denuncias anónimas
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Gracias a esta plataforma virtual (www.siseve.pe), los escolares pueden denunciar de manera anónima cualquier hecho violento al interior de los colegios.
Para evitar los casos falsos, precisa Giraldo, la página solicita los datos del denunciante (nombre y DNI), aunque solo son vistos por el equipo central del sistema.
Una vez registrado, el caso es comunicado a los representantes del colegio y a las autoridades de educación a nivel local, regional y nacional, a fin de comprobar la veracidad del hecho y buscar una solución.
El bullying o acoso escolar genera problemas de autoestima, inseguridad, bajo rendimiento, problemas en las habilidades sociales y depresión, recuerda Giraldo. De ahí la importancia de frenar esta situación con la mayor celeridad posible.
¿Cómo identificar las señales del bullying? ‘Si tu hijo llega a casa con el uniforme pintado o rasgado, si sus útiles se pierden repetidas veces o llega con moretones del colegio, son signos de alerta’, advierte Giraldo.
Los padres deben prestar especial atención si sus niños sufren de pesadillas constantes, presentan fiebres leves en las noches producto de algún episodio de estrés, o se encuentra a lo largo del día sobresaltado o temeroso.
En el otro extremo, los escolares responsables de la violencia pueden presentar reacciones agresivas, tienen problemas de comportamiento y tienden a pasar tiempo solos. Lo mejor en ambos casos es conversar con el menor para saber qué es lo que está ocurriendo y lograr una solución.