La joveb, de 19 años y de apellido Yang, escribió en la red social Weibo que su padre estaba desaparecido después de las dos devastadoras deflagraciones ocurridas el miércoles por la noche en la metrópolis portuaria de Tianjín, en el este de China.
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Tras el premier mensaje, el número de seguidores de la chica se multiplicó de forma exponencial, explicó la policía de Fangchenggang, la localidad donde fue detenida, en la región meridional de Guangxi.
Después, según la misma fuente, la joven publicó un segundo mensaje diciendo que su padre había muerto en las explosiones, lo que llevó a 3.000 usuarios a hacerle llegar donaciones por valor de 90.000 yuanes (14.600 dólares) a través de la red social, que recientemente ha creado esa función “recompensa”.
La policía explicó que la adolescente no pudo utilizar el dinero porque su cuenta fue congelada por Weibo, ante la voz de alerta dada por usuarios que sospechaban de la historia.
La catástrofe ha dejado 112 muertos y cientos de heridos, al tiempo que aumentan los temores de contaminación por los productos peligrosos que se encontraban en el lugar del siniestro. Varios sitios webs ya han sido bloqueados por difundir “rumores”; las familias de las víctimas acusan a las autoridades de querer esconder la verdad.
