Los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) en Libia “decapitaron” y crucificaron a doce combatientes locales en la lucha por el control de la ciudad libia de Sirte, informó el sábado la agencia oficial de las autoridades reconocidas por la comunidad internacional.
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La agencia LANA añadió que el grupo extremista había “ejecutado” a otros 22 combatientes de Sirte cuando se encontraban en el hospital heridos. Según LANA, los yihadistas habrían incendiado el centro médico.
Violentos enfrentamientos oponen desde el martes a islamistas radicales y combatientes locales en Sirte, ciudad natal del difunto dictador libio Muamar Gadafi.
Una fuente local evocó una “verdadera guerra” mientras que el embajador de Libia en Francia, Chibani Abouhamoud, lo describió como una “masacre”, con un balance de 150 a 200 muertos.
El sábado, un responsable municipal confirmó a la AFP que los combates continuaban de forma “incesante, especialmente en el barrio Tres (en el este de la ciudad) y el balance de víctimas sigue subiendo”, declaró bajo condición de anonimato.
Según el diplomático libio en París, los combates estallaron tras el asesinato a manos del EI de un imán, el sheij Jaled al Farjan, dignatario de la influyente tribu de los Al Farjan.
El embajador depende del gobierno reconocido por la comunidad internacional, exiliado en el este del país , y que lucha contra el gobierno rival basado el Trípoli y controlado por una coalición de milicias armadas, algunas islamistas.
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El martes, las autoridades de Trípoli anunciaron el lanzamiento de una “operación para liberar Sirte”, en mano del EI desde junio.
Según medios cercanos a ese gobierno, la aviación bombardeó varios objetivos de grupos armados ligados a los yihadistas.
Desde la caída del régimen de Gadafi en 2011, Libia se ha convertido en un campo de batalla entre grupos armados rivales.
Además de la profusión de milicias y de la existencia de dos gobiernos paralelos, el país se enfrenta al auge del EI, que aprovecha el caos para avanzar a marchas forzadas.