La policía y un grupo de inmigrantes ilegales se enfrentaron el martes en la isla griega de Kos.
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En el lugar, los refugiados trataban acceder a un estadio donde fueron reubicados después de acampar en calles y playas durante semanas.
Los agentes tuvieron que utilizar extintores y porras para detener una estampida.
Los inmigrantes que llegan a la isla son en su mayoría afganos y sirios.
Las tensiones aumentan con el creciente número de ilegales que entra en el área.
Las autoridades dicen que en la isla hay cerca de 7.000 inmigrantes, cuando la población es de sólo 30.000 personas.
La ciudad ya advirtió sobre el riesgo de un baño de sangre si la crisis empeora.