Los limeños prefieren comprar en bodegas y mercados. Las cifras revelan que el 70% de ellos adquiere productos en estos canales tradicionales (que incluyen también a los kioskos), mientras que un 30% lo hace a través de los canales modernos, como supermercados, minimarkets y farmacias. Pero, ¿cómo son los hábitos de compra en estos lugares y por qué son los preferidos del público?
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Un estudio de la consultora CCR, realizado entre mayo y junio pasado, nos da varias pistas. Para la investigación, se realizaron 600 encuestas, 600 entrevistas y 2.400 observaciones en 40 bodegas de Lima, escogidas de forma representativa. Gracias a estos datos, se sabe que la compra en una bodega dura en promedio dos minutos.
‘Este tiempo demuestra que las compras en estos canales suelen ser de emergencia. Solo vamos cuando nos falta algo para el día’, comenta José Oropeza, gerente de Consumer y Nuevos Negocios de CCR. El gasto promedio tampoco es elevado. Suele ser de 3,76 soles por persona.
Asimismo, el 74% de compradores de bodegas suele saludar a quien lo atiende (el bodeguero) con familiaridad. Muchos lo llaman ‘casero’ o por su nombre. Cuando en el estudio se pidió a los compradores calificar del 1 al 10 los aspectos que se toman en cuenta para elegir un buen lugar de compra, estos dieron el máximo puntaje a la ‘atención y trato cálido’ con un 8,9 sobre 10.
Un dato interesante es que el 55% de los compradores de bodegas son mujeres y el 45%, hombres. Asimismo, de las mujeres que suelen ir acompañadas, el 79% de ellas lo hace con niños. A través del método de observación, se identificó que el 57% de los compradores pide productos por la marca y el 18% por categoría.
‘Este es un dato interesante porque al pedir por categoría (champú, jabón, arroz), el bodeguero tiene la opción de recomendar una marca. Sin embargo, ese porcentaje no está siendo aprovechado, ya que solo el 2% de los vendedores recomienda productos’, dice Oropeza.
