El linchamiento de un joven negro en Brasil relanzó el debate sobre racismo y violencia esta semana cuando un diario popular publicó una portada de dos imágenes: el joven linchado y un esclavo negro azotado. “Los 200 años que separan estas escenas sirven de reflexión: ¿hemos evolucionado o retrocedido?”, cuestionó el diario Extra en redes sociales.
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El periódico dijo que de 1.871 comentarios en su página de Facebook, un 71% apoyaba a los verdugos contemporáneos. Cleidenilson da Silva, de 29 años, negro y habitante de una favela, fue linchado el lunes después de intentar atacar a mano armada un bar en la periferia de Sao Luis de Maranhao (noreste), a 3.000 km de Rio.
Su cómplice, de 16 años, sobrevivió a los golpes y pedradas porque simuló estar muerto y finalmente se salvó cuando llegó la policía. “Si en 1815 la muchedumbre asistía impotente a la barbarie, en 2015 la mayoría aplaudía el salvajismo”, lamentó Extra.
La policía local identificó al menos a dos sospechosos del linchamiento que serán acusados de homicidio.
Varios historiadores y antropólogos tomaron posición sobre el asunto en la edición de este jueves de Extra. El tema también fue abordado en otros medios brasileños, como el diario Folha de Sao Paulo que publicó la crítica editorial “Salvajería a la brasileña”.
“NO BASTA TERMINAR CON LA ESCLAVITUD”
Luiz Antonio Simas cita una frase del abolicionista Joaquim Nabuco (1848-1910): “No basta terminar con la esclavitud, también hay que destruir su obra”.
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“Esa frase es clave para entender esto: lo más complicado es acabar con la obra de la esclavitud. Son cuatro siglos de una cultura esclavista donde la violencia está presente, naturalizada”, explicó en Extra.
La esclavitud fue abolida el 13 de mayo de 1888 en Brasil, uno de los últimos países del mundo en terminar con ese sistema.
“Después de la abolición, cuando Brasil tenía mucha mano de obra negra, el gobierno deliberadamente hizo venir a europeos pobres para ocupar puestos en la nueva industria. La sangre y el sudor de los esclavos negros sirvieron para montar las estructuras en las que iban a trabajar los europeos pobres y hoy, en pleno 2015, se dice que los negros son pobres porque no quieren trabajar”, critica el frey Davi Santos, director del instituto Educafro.
“EL CRIMINAR ES DESHUMANIZADO”
Según la antropóloga Alba Zaluar, “en los combates mas radicales el enemigo es deshumanizado y eso es lo que ocurre en Brasil, que el criminal es deshumanizado”.
Para el diputado de extrema izquierda de Rio, Chico Alencar, esta ejecución sumaria “muestra el descrédito hacia cualquier solución civilizada”.
“La población carcelaria aumentó 574% en los últimos 25 años y los registros de actos violentos en 174% en la última década (…) Toda esta violencia es fruto de nuestra estructura social: los países más desiguales son más violentos”, zanjó.
Negros y mulatos representan la mitad de la población brasileña, de 200 millones de habitantes en total. En Brasil, además, los pobres son también mayormente los negros. Según un reciente informe oficial, los afrodescendientes totalizan el 67% de la población carcelaria brasileña de más de 600.000 personas.