¿Se imaginan un mundo de huertas submarinas?
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En Ligura, en el noreste de Italia, creen haber dado con la forma de cultivar alimentos bajo el mar.
A 100 metros de la orilla y 8 metros de profundidad estas campanas forman parte del llamado Jardín de Nemo. Dentro de ellos se cultiva albahaca, un elemento esencial en la gastronomía regional.
“Me di cuenta de que se daba una humidificación del entorno debido a la evaporación del agua, el agua salada, dentro de la biosfera. Y pensé que ésta era una gran opción para aislar el cultivo de bichos y otros problemas que tienen en la superficie’, señala Sergio Gamberini, Jefe del proyecto Jardín de Nemo.
Los recipientes de abono dentro de estas campanas generan suficientes burbujas de aire. La evaporación mantiene una humedad de entre el 80 y el 90% en su interior, y la condensación da a las plantas el agua dulce necesaria para vivir.
A su vez, ellas regeneran el aire de sus burbujas a través de la fotosíntesis.
Entre las ventajas, además de evitar plagas, es la estabilidad térmica. Con este sistema sus impulsores aseguran que la albahaca crece con una densidad de follaje superior a la media.
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“Este año será impresionante porque vamos a plantar diferente, una gran variedad de cosas como setas, tomates, fresas, porotos, albahaca, lechuga y demás’, señala Gianni Fontanesi, coordinador del proyecto Jardín de Nemo.
La albahaca submarina fue una de las 20 innovaciones destacadas por la Exposición Universal de Milán sobre la alimentación.
Sus promotores ahora esperan poder exportar el sistema a costas más áridas del planeta.
