La Casa Blanca se tiñe con los colores del arco iris.
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En una decisión histórica, la Corte Suprema legalizaba el matrimonio homosexual en todos los rincones del país.
Una votación que se ganó con cinco votos a favor y cuatro en contra y el gobierno de Barack Obama celebró como un triunfo para toda la libertad de todos los estadounidenses.
La noticia fue conocida de primera mano por solo unos pocos presentes en la audiencia de los jueces.
Pero la celebración no tardó en salir a las calles.
Y el júbilo se extendió por multitud de ciudades del país.