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En una jornada espléndida, miles de personas acudieron el viernes a la inauguración del nuevo observatorio del World Trade Center en Nueva York, saludado como el símbolo de resiliencia de la ciudad, 14 años después del 11 de septiembre.
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Largas filas se formaron desde la mañana para visitar el observatorio con vistas espectaculares, en los pisos 100, 101 y 102 de la emblemática torre del nuevo complejo World Trade Center (WTC), la One WTC, en el sur de Manhattan.
Esta torre, con su observatorio, es “un símbolo de la resiliencia de Estados Unidos. Decidimos, con el sufrimiento del 11 de septiembre, que construiríamos algo más bello, más grande y más sólido que nunca antes. Para mí, es el espíritu estadounidense”, dice con la bandera nacional en mano Michael Lanza, de 32 años, un exmilitar.
La One WTC vidriada, construida en el lugar de los atentados, es la más alta del continente, con una antena que culmina a 541 metros.
El 11 de septiembre de 2001, dos aviones de línea fueron secuestrados por terroristas y estrellados contras las Torres Gemelas del WTC. Los edificios se desplomaron y murieron 3.000 personas.
A más de 380 metros de altura, con vistas panorámicas de 360 grados, los curiosos pueden admirar todos los monumentos y lugares célebres de Nueva York, desde la estatua de la Libertad en el sur, hasta el Empire State Building y el Central Park en el norte, pasando por el puente de Brooklyn al este.
“La vista era espectacular. Hicieron un buen trabajo, no hacen énfasis en el pasado; es un monumento al futuro, un renacimiento”, dice Jim Vermeer, un estadounidense de Iowa de visita en Nueva York para celebrar junto a su esposa 35 años de matrimonio.
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El ascensor es en sí mismo un viaje fuera de lo común: demora 47 segundos para alcanzar el piso 102, uno de los ascensos más rápidos del mundo.
Muchos de los presentes entrevistados por la AFP preveían visitar el museo del 11 de Septiembre, a un centenar de metros, y el memorial al aire libre, como Erin Montague, de 34 años. “La gente puede sentir la historia y recordar lo que sucedió”, dice.
“Y desde ahí arriba, también puede ver que la ciudad está llena de vida, que está acá, y que está acá para quedarse”, añade.
El observatorio está abierto todos los días de la semana. La entrada cuesta 32 dólares para los adultos, 26 para los niños. Para el primer año se esperan entre 3 y 4 millones de visitantes.