Un relicario con gotas sangre del Papa Juan Pablo II, canonizado en 2014, llegó a Perú como parte de una peregrinación por el continente americano.
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“Es como si fuese él viniendo en un viaje apostólico”, dijo a la AFP la madre María Adela Galindo, monja nicaraguense, fundadora de la orden encargada de custodiar la reliquia durante la gira, la Congregación de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María.
Las gotas de sangre fueron recogidas durante la última estancia de Karol Wojtyla en el hospital Gemelli de Roma, poco antes de su muerte, el 2 de abril de 2005. El objeto de adoración ya pasó por Estados Unidos, Canadá, México, Cuba, Guatemala y El Salvador. Permanecerá en Perú hasta el martes, para luego continuar por Centro y Sudamérica.
La religiosa María Adela Galindo explicó que la peregrinación por el continente americano responde al deseo del dueño de la reliquia, Monseñor Slawomir Oder, “porque Juan Pablo II amó este continente”.
Monseñor Slawomir Oder fue quien postuló a Wojtyla para su beatificación y canonización, ocurrida en 2014 bajo el papado de Francisco.
La reliquia fue ubicada en el altar de la Parroquia Señor de la Divina Misericordia, y en su primer día fue visitada por 6.000 fieles; en su mayoría mujeres.
“Sentí emoción y escalofrío”, dijo Ester Marcos, una mujer que esperó 30 minutos para estar un breve instante frente al relicario con la sangre. “Me llené de fervor, quedé inmovilizada”, contó Isabel Saravia, una mujer que agradeció por que se encuentra en fase de recuperación tras padecer un cáncer de mama.
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Según datos del Vaticano, en Perú, 26 millones de los 30 millones de habitantes se definen como católicos.
Juan Pablo II visitó Perú en 1985 y 1988. “esta sería la tercera visita de San Juan Pablo”, aseguró la religiosa Galindo.