Cada tarde la misma historia.
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En estas oficinas en el norte de San Petersburgo hay una línea de producción secreta que nunca se detiene. Es conocida como la ‘fábrica de trolls’, porque los que aquí trabajan llenan las redes sociales con propaganda del gobierno.
‘Es el momento de cambio de equipos. Los trolls del Kremlin durante el día marchan, y justo antes llegan los de la noche. Trabajan hasta las 6 de la mañana, escribiendo entradas y comentarios que inundan la internet con ideas’, cuenta Lyudmila Savchuk.
Lyudmila trabajó en el edificio durante dos meses. Como muchos otros fue tentada por un buen salario. Pero al final renunció asqueada.
‘Por ejemplo, tenía que escribir comentarios positivos sobre el gobierno. Nos daban información y nos decían cómo usarla. Por ejemplo, que la vida es cada vez más bonita y que vivimos mejor. Y si tiene que ver con Estados Unidos, tenemos que hacer lo posible para que el lector concluya que la gente vive mal y que no le va bien’, agregó.
Varios medios han investigado estas llamadas factorías de trolls, incluyendo Novaya Gazeta, uno de los últimos periódicos independientes del país.
El rotativo publicó una lista de alias usados por trolls, cientos de nombres que escriben miles de comentarios al día.
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“Los principales héroes de los trolls son Vladimir Putin y Sergei Shoigu. Entre los temas más comunes que encontramos están los comentarios negativos sobre la política de Ucrania y positivos sobre política exterior e interior de Rusia’, señala Diana Khachatryan, periodista de Novaya Gazeta.
En el este de Ucrania, la Guerra en el terreno se desarrolla paralelamente a una guerra informativa.
El gobierno duplicó el presupuesto del medio estatal Russia Today, a pesar de la crisis económica. Hay poco lugar para voces disidentes.
“En general poca gente lee los periódicos o las noticias en internet. La gente ve la televisión y todo lo que se ve en la televisión son horribles nacionalistas ucranianos que quieren matar a los portavoces rusos en Ucrania. Las mentiras se producen en masa, con un nivel industrial de producción. // La prensa en el país se comporta como la prensa alemana en los años 30′, señala un periodista ruso obligado a dimitir por oponerse a la línea editorial anti-Ucrania.
En la guerra de propaganda, algunas veces es mejor no preguntar o responder.
Medios rusos cercanos al gobierno rechazaron hacer ningún comentario.