En Argentina, donde rige desde 2010 la ley de matrimonio igualitario, bastó una petición administrativa para que a Antonio le fueran reconocidos dos madres y un padre, una conjunción que rompe con los moldes de la familia tradicional y sacude prejuicios.
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“Estamos muy orgullosos, es un día histórico, esta triple filiación fue una decisión administrativa del gobierno de la provincia de Buenos Aires, ni siquiera tuvimos que ir a la justicia”, explicó a la AFP Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT).
La situación “es ciencia ficción por ahora en otros países donde recién se está debatiendo el derecho al matrimonio igualitario o de los hijos comunes”, dijo.
“El de Antonio es el primer caso en Argentina y en América Latina y hay muy pocos antecedentes en el mundo, uno de ellos en Canadá, pero sin dudas abre el camino para que se empiece a debatir en todo el mundo, esperamos muchas consultas”, remarcó Paulón cuya organización prestó asesoramiento jurídico a la familia.
Desde que la ley lo permite, unas 9.500 parejas del mismo sexo contrajeron matrimonio en Argentina, incluso extranjeras atraídas por los cambios en la legislación local y una sociedad que ha dado muestras de tolerancia hacia una comunidad discriminada en buena parte del mundo.
No hay en cambio estadísticas sobre las personas transexuales que apelaron a la ley de identidad de género, vigente desde 2012, para cambiar el nombre con el que figuran en sus documentos, otro de los derechos otorgados en los últimos años.
Rompiendo moldes
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La triple filiación contó con el aval del gobierno de la provincia de Buenos Aires ante el Registro provincial de las Personas en base a que el padre biológico “no renunció a su derecho a reclamar la filiación en el marco del procedimiento de fertilización asistida y aún más, expresó que comparte el interés superior del niño”.
La familia con un padre, una madre, niños, perro y jardín convive cada vez más frecuentemente con otras de múltiples combinaciones.
Por eso, hay una “necesidad de buscar respuestas jurídicas a la infinidad de situaciones que todos los días surgen en las relaciones de familias, que desde hace décadas se apartan cada vez más de las denominadas familias tipo”, sostuvo la legisladora de la capital argentina, María Rachid, defensora de los derechos homosexuales.
Mamás, papá e hijo
Los padres de Antonio son Susana Guichal, de 39 años, Valeria Gaete, de 39, y Hernán Melazzi, de 37. Los tres son amigos de vieja data, aún antes de que las mujeres contrajeran matrimonio en 2012.
Las mamás están radicadas en Mar del Plata, 400 km al sur de la capital argentina adonde reside el padre de Antonio, el niño que celebró en marzo su primer año de vida.
“Es un momento importante para los tres y para Antonio, nuestro hijo”, admitió Hernán aún emocionado en la sede del Registro de las Personas al momento de recibir la partida de nacimiento de su hijo con los tres apellidos.
Según Valeria, “la decisión fue conjunta. Hace mucho que queríamos formar este tipo de familia con un papá presente”.
“Lo más importante es que la gente lo sepa y que se anime porque es un formato de familia que se repite, no somos los únicos”, afirmó.