Para muchos esto no es más que basura. Pero otros ven una oportunidad… o un hogar.
PUBLICIDAD
Cual bloques de hielo del Ártico, los neumáticos abandonados en las calles de Bogotá sirven a ecologistas para construir estas originales viviendas.
Lo primero, es llenar los neumáticos de tierra, para convertirlos en bloques.
Se crea así un ladrillo de 200 a 300 kilos, de mucha masa térmica, perfecto para aislar del frío y del calor.
A sus 57 años, el albañil William Clavijo confiesa que construir estas viviendas le enseñó a valorar las cosas.
“Hemos aprendido a valorar las cosas, si me entiendes, porque esto uno las ve por ahí (las llantas) y las deja tiradas y eso, en cambio uno sabe que con esto se puede hacer algo”, señala el albañil William Clavijo.
El proceso de construcción de estas casas, semejante al de los iglús, implica excavar el terreno.
PUBLICIDAD
Para asegurar la estructura, se colocan varas de hierro atravesando los neumáticos de manera vertical.
Esa disposición, unida a la flexibilidad del caucho, hace una casa a prueba de terremotos.
Pero las llantas no son los únicos materiales reciclados utilizados aquí. También emplean botellas de vidrio y papel.
Con lo que además de una vivienda, estas personas contribuyen a la conservación del entorno.
Y en Colombia parece haber material de sobra. Según cifras oficiales, anualmente se botan más de 5 millones de llantas, unas 100.000 toneladas de caucho que por un vacío legal ninguna entidad gestiona al 100%.
