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Se desconoce el balance de los daños, debido a las limitadas comunicaciones en la zona después del paso del ciclón, que alcanzó la categoría cinco, la máxima para este tipo de tormentas, desatando vientos de hasta 320 kilómetros por hora.
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“La escena esta mañana es de absoluta desolación, las casas están destruidas, los árboles arrancados, las carreteras están bloqueadas y la gente vaga por las calles en busca de ayuda”, dijo el cooperante de Save the Children Tom Skirrow, desde la capital Port Vila.
Según un balance provisional de la ONU, que no ha sido confirmado, podría haber unos 44 muertos.
“Aunque es demasiado pronto para decirlo con certeza, los primeros informes indican que esta catástrofe natural podría ser una de las peores en la historia del Pacífico”, dijo en un comunicado la directora ejecutiva de Unicef en Nueva Zelanda, Vivien Maidaborn.
El paso de Pam por el archipiélago de Vanuatu golpeó duramente Port Vila, y causó inundaciones graves.
Sune Gudnitz, directora de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) para el Pacífico, dijo a la AFP que hubo muchos muertos, aunque no hay información confirmada.
En tanto, Maidaborn dijo que la fuerza de la tormenta podría “tener resultados devastadores en toda la región”.
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En este sentido, Unicef dijo que estaba trabajando con los responsables nacionales de desastres de Vanuatu, Fiyi y las Islas Salomón para ofrecerles apoyo.
Una portavoz de Unicef, Alice Clements, dijo que el paso de la tormenta fue un momento de “absoluto terror” para “todo el país”, que duró entre 15 y 30 minutos.
Charlie Damon, de la organización Care International, explicó que las construcciones fueron arrasadas y que mucha gente buscó refugio en los albergues, que finalmente se inundaron, por lo que las personas quedaron a la intemperie.
Pésame de la ONU
El ciclón cruzó la isla principal de Vanuatu, donde viven 65.000 personas, y varias islas situadas al sur, en las que residen 33.000 habitantes.
Según la Cruz Roja, en la zona sur del archipiélago los habitantes buscaron refugio en las cuevas y en otras formaciones naturales.
“Estamos muy preocupados por la seguridad y por el bienestar de decenas de miles de personas tras el paso de uno de los ciclones más intensos que haya golpeado nunca cualquier país del Pacífico”, dijo el director de los programas de ayuda internacional de Cruz Roja en Australia, Peter Walton.
Durante una conferencia de la ONU en Japón, centrada en la prevención de catástrofes naturales, el secretario de la organización Ban Ki-moon, dijo que presentó “su pésame” el sábado por la mañana al presidente de Vanuatu y expresó su solidaridad con los habitantes del archipiélago.
Neville Koop, del servicio fiyiano de meteorología, dijo que el ciclón se estaba debilitando y que avanzaba lentamente desde Vanuatu hacia Fiyi y Nueva Caledonia, y que está previsto que el lunes alcance la Isla Norte de Nueva Zelanda.