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Charlie Hebdo, a un mes de la tragedia

Ya se le ha llamado el 11 de septiembre francés.

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El pasado 7 de enero, yihadistas armados entraron en la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo y terminaron con la vida de doce personas.

Dos días más tarde, el ataque a supermercado kosher se saldó con cuatro rehenes muertos.

Un mes después, la policía armada custodia potenciales objetivos: medios de comunicación, escuelas judías e incluso hospitales.

El nivel de alerta de París se ha extendido al sur de Francia tras el ataque a tres soldados que protegían un centro judío en Niza.

‘La movilización de las fuerzas de seguridad es total, tomamos el 100% de precauciones, pero eso no significa que el riesgo sea cero’, señala el ministro del Interior francés Bernard Cazeneuve.

El radicalismo crece. Las autoridades francesas vigilan a cerca de 3.000 personas relacionadas con redes terroristas.

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Creen que número de franceses que tiene vínculos con yihadistas de Irak y Siria se ha incrementado en un 130% en el último año.

El gobierno plantea destinar casi 500 millones de dólares para combatir las amenazas. Llegando a intervenir en escuelas y cárceles. Pero los politólogos señalan que el problema es más profundo, sobre todo entre la comunidad musulmana marginada.

‘Creo que hay una crisis de identidad. No saben quiénes son. No se sienten franceses y no se sienten que hayan sido integrados fraternalmente en Francia. Les han aislado en guetos, viven en guetos. El primer ministro Manuel Valls ha hablado de apartheid. Es una comparación muy muy fuerte’, señala Dominique Moisi, consejero en el Instituto Francés de Relaciones Internacionales.

A pesar de las crecientes amenazas, millones de franceses enfrentaron sus temores, tomando las calles en actos por las víctimas de los ataques en los días siguientes a la tragedia.

Y los expertos señalan que no hay un daño psicológico general.

“Nuestros pacientes hablan sobre lo que sucedió. Es objeto de preocupación. Vienen en busca de consuelo. Pero en nuestra experiencia personal, no ha tomado dimensiones de una mayor desestabilización’, señala Humbert Boisseaux, psiquiatra en el hospital Val de Grâce Hospital.

El país continúa preguntándose cómo tres franceses pudieron matar a 17 compatriotas y si esto podría volver a ocurrir.

Los problemas sociales de Francia pasaron de ser teoría a convertirse en un asunto de vida o muerte.

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