Francia sigue en estado de alerta. Las autoridades refuerzan la seguridad en vísperas de una manifestación masiva este domingo en repudio a los atentados islamistas que dejaron 17 muertos esta semana.
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Pero sábado una marea humana de unas 700.000 ya invadía las calles de varias ciudades de Francia.
Desde Toulouse a Lille a Marsella, miles de personas participaron en eventos espontáneos que se fueron multiplicando.
Para la marcha de este domingo está previsto movilizar más de 5000 efectivos, policías y soldados, incluyendo a unos 2.000 agentes encargados de proteger directamente las manifestaciones y militares desplegados en París en el marco del plan antiterrorista.
Habrá también 150 agentes de civil para proteger a las personalidades extranjeras.
El balance de ataques de los últimos tres días en Francia no tiene precedentes en los últimos 50 años y abre interrogantes sobre los dispositivos de seguridad.