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La primera pareja homosexual que se casó en Uruguay: “Ahora legalmente existimos”

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Por Sengo Pérez

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La Noche de la Nostalgia es una actividad uruguaya que congrega a miles de participantes alrededor de la música y los recuerdos. Una de esas noches no será olvidada por Sergio Miranda (46) y Rodrigo Borda (41). Ya casi era de madrugada, no quedaban muchos asistentes en aquella discoteca de Montevideo cuando se miraron. Desde entonces están juntos.

El barrio Palermo de Montevideo, hoy, quince años después, es el escenario de una entrevista sobre una relación con final feliz que concitó en su momento regocijos y algún ‘santo’ rechazo. Pero la ley es la ley y la de los hombres está sobre la de Dios. Al menos en lo que se refiere al matrimonio igualitario en Uruguay. Y aunque a muchos no les guste, esta ley dice -desde el 2013- que a todos los efectos, Sergio y Rodrigo son esposos, con todos los derechos que eso significa.

¿En qué consiste la ley que les permitió casarse?

Rodrigo: Es la misma que para todos. La ley uruguaya del matrimonio ya no diferencia el sexo de los cónyuges, basta que sean dos (risas). Sergio: Hay como un miedo, una resistencia a la palabra matrimonio, como si quisiéramos entrar de blanco rumbo al altar, pero básicamente consiste en que todos tenemos el mismo derecho, que no hay ciudadanos de primera y de segunda, que todos son iguales. Eso es lo del matrimonio en realidad, no hay que temerle, permite proteger los derechos de la pareja, sin distinción de sexo: patrimonio, derecho sociales, acceso a la salud, adopción, un montón de cosas que no existían. Antes estábamos jurídicamente ignorados, ahora no se aplica el género a los objetos de la ley, ahora los homosexuales, legalmente, existimos.

¿Cómo fue el proceso para llegar a esta ley?

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Rodrigo: Largo, como de veinte años, acelerado en estos últimos tres, donde sin duda tuvieron mucho que ver los gobiernos de izquierda. Incluso no en cualquier gobierno de izquierda, esto salió con el Pepe Mujica. Con esto y otras cosas, el Pepe puso a Uruguay en el mundo. Antes decías Uruguay y tenías que sacar un mapa. Ahora más o menos saben que estamos en Sudamérica y que hablamos español. Sergio: Esta ley fue superresistida por la Iglesia claro, pero había que insistir, era una cuestión de derechos. Primero fue la unión concubinaria, es decir, solo el reconocimiento del vínculo. Entonces decían: si ya tienen esa ley, ¿para qué quieren más? Pero no era posible que la decisión de dos personas que querían compartir su vida pasara por un juez, y según el humor que tuviera ese día. Rodrigo: Esta ley es una cuestión de derechos, no de aceptación o de ‘preparación’ de la sociedad. Es como si a los afrodescendientes, por ser solo el diez por ciento de la población, les quitaran sus derechos.

¿Piensan adoptar un niño?

Rodrigo: No está entre nuestras prioridades, pero nos parece buenísimo que exista la posibilidad, que si queremos, podamos hacerlo, como cualquier pareja.

¿Cómo se conocieron?

Sergio: En 1999, en una discoteca, un 24 de agosto, víspera del festejo de la Independencia. En toda esa movida increíble en todo el país, con fiestas de old hits, las tiendas de lencería agotan sus stocks, los hoteles, los restaurantes, se llenan. En una discoteca gay, Espejismo, que ya no existe. Estaba yéndome cuando vi a Rodrigo y me dije, me quedo un rato por si acaso. Y el rato ya lleva quince años.

¿Querían casarse?

Sergio: Hace tiempo empecé a fantasear con eso. Me divertía la idea de la torta, los amigos, una fiesta, pero eso era, fantasía. Rodrigo no quería saber nada. Cuando la ley era inminente, los amigos, los familiares, nos empezaron a preguntar: ¿Y ustedes? ¿Qué van a hacer?

¿Cómo fue el tema de la familia?

Sergio: En mi caso, la que insistía era mi madre. Para ella, verme legalmente casado era una forma de verme realizado. En realidad no me dejó otra opción. Solo era cuestión de esperar la ley. Cuando se promulgó la ley en agosto del 2013, ¿qué hicieron?Rodrigo: Fuimos al Registro Civil de madrugada, queríamos ser los primeros. Apenas abrieron nos anotamos, eran las siete de la mañana. Fue impresionante. Al salir nos esperaban más de cien medios de prensa. Ahí nos miramos y nos preguntamos: ¿Qué hicimos? La repercusión mediática fue enorme. Hacerlo público no fue una cuestión de vanidad, la idea era que tuviera un efecto inmediato, que se viera como debe verse, como algo natural. Pero no imaginábamos que fuera del interés de CNN, de Al Jazeera, ¡y que se transmitiera en directo por los cuatro canales de señal abierta en Uruguay! Al otro día pasamos por un kiosco y estábamos en las portadas de todos los periódicos.

¿Hay que salir del clóset?

Sergio: Hay dos tendencias, la que dice que sí, como yo, y la que dice ¿para qué? En el caso de figuras públicas, líderes de opinión, yo digo que es importante que sí salgan.Rodrigo: Sí, para que sirvan de ejemplo, para que sean liberadores de opresión, básicamente de los jóvenes.

¿Y qué cambió en ustedes el hecho de casarse?

Rodrigo: Al principio pensé que iba ser más inocuo, a nivel de la sensación personal, pero la verdad es que el matrimonio te cambia, es una responsabilidad civil que asumís. Está bueno, a mí me gustó casarme, me sentí más ciudadano. Y después está el universo afectivo, los amigos, la familia, todo es muy potente. Eso de salir, que nos reconozcan, que todo el mundo te tire buena onda en la calle. Esto demostró que la sociedad uruguaya es menos homofóbica de lo que muchos creían.

¿Cómo fue que naciste en Lima, Sergio?

Sergio: Mi papá era uruguayo y mi madre chilena, se conocieron en Arica, luego pasaron a Tacna y después a Lima. Yo nací en Miraflores, pero solo estuve en el Perú un año.

¿Qué hacen para vivir?

Sergio: Soy realizador audiovisual, productor, gestor cultural, trabajo en un canal de cable como director de contenidos y programación. Además soy el director del área audiovisual de la UTU (Universidad Técnica del Uruguay). Edito con Rodrigo una revista, una guía, que se llama Friendlymap. Rodrigo: Yo soy licenciado en comunicación y arte, trabajo como director de arte, soy docente de la escuela de cine y dirijo la revista con mi marido, una revista para turismo gay y público en general.

¿Tuvieron luna de miel?

Sergio: Aún no, sería bueno que fuera en el Perú. Nos encantaría ir, sobre todo si podemos ser útiles en este tema del matrimonio igualitario con nuestro caso. Esperamos una invitación y estaremos a las órdenes.

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