Más de 25.000 participantes en el maratón de Pekín tuvieron que respirar un aire sofocante hoy domingo lo que obligó a muchos corredores a usar máscaras anticontaminación debido a las tasas de polución de la capital china, más de 15 veces superiores a los niveles recomendados.
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Los organizadores rechazaron aplazar la prueba explicando que habían contratado personal sanitario adicional ya que la ciudad estaba cubierta por un espeso velo blanco.
La partícula de PM2,5, que pueden llegar hasta los pulmones, estaban en niveles superiores a 400 microgramos por metro cúbico en algunos barrios de Pekín. El nivel máximo diario recomendado por la Organización Mundial de la Salud es de 25 por m3.
La embajada de Estados Unidos en Pekín calificó el aire de “peligroso”.
Para cruzar la línea de meta tras los 42 kilómetros de la carrera, algunos corredores intentaron minimizar los riesgos. “Estoy acostumbrado a la contaminación”, explicó Liu Fan. Su mujer describió las condiciones de “terribles” y le obsequió un ramo de flores a su llegada.
El actor chino Yuan Hong tiró la toalla. “La calidad del aire era pésima, el participante número A1659 ha decidido abandonar”, escribió en su blog.
“Cuando vi el estado de mi máscara al cabo de diez kilómetros, me dije ‘esto es demasiado”, declaró Chas Pope, corredor británico de 39 años. “Era del todo ridículo, se supone que se corre para estar sano”, añadió.
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Los organizadores explicaron que habría sido “muy difícil” retrasar la carrera porque “cerca de la mitad de los atletas venían de otros países u otras regiones”.
Desde hace años, China acarrea problemas de contaminación ambiental debido, entre otros, al carbón que sirve para producir electricidad en una economía de gran crecimiento y por el aumento del número de coches en las carreteras.
La carrera la ganó el etíope Girmay Birhanu Gebru en poco más de dos horas y 10 minutos. Su compatriota Fatuma Sado Dergo fue la más rápida de entre las mujeres, con un tiempo ligeramente superior a las dos horas y media.