De los años 90 a la actualidad se ha visto cómo los jóvenes adultos que otrora ingresaban al mercado laboral, hacían carrera en varias empresas y se casaban y tenían hijos ya parecen ser cosa del pasado.
PUBLICIDAD
Los “adultescentes” -como los llama Christopher Noxon en su libro Rejuvenile- no solo no han dejado el nido paterno. También tienen pocas oportunidades laborales y si las tienen son mal remunerados. Y en muchos casos, invierten en estilo de vida y hobbies antes que en el futuro.
Básicamente, de eso es lo que habla el reputado economista norteamericano James Pethotoukis en su último artículo para el magazine The Week. Él culpa a los ‘cosplayers’ (personas que hacen de la caracterización de personajes del manga, ánime, cómic y cultura pop un estilo de vida) de que la economía mundial vaya mal.
Pecthotoukis cita al sociólogo Masahiro Yamada quien afirmó que “las dos décadas perdidas en la economía del Japón han coincidido con un aumento importante de gente que ha escapado al mundo de los videojuegos, animación y disfraces. Si son pobres no importa, se sienten como héroes”, afirmó.
Pethotoukis añade: “Esto es una cosa muy mala para la economía japonesa, pero en Estados Unidos también sucede. Muchos de los 13 mil asistentes de la Cómic Con de San Diego invierten mucho dinero en sus trajes y la tendencia va en aumento”.
Afirma que el crecimiento de Estados Unidos ha sido apenas de un 1% anual desde 2006 y este no ha mejorado las perspectivas laborales de los jóvenes estadounidenses, ya que el 11,4% de ellos, entre las edades de 20 a 24 años están sin trabajo y el resto gana mal. “Ya que esto representa una desilusión para encontrar trabajo, pues qué mejor que vestirse como el ‘Doctor Who’”, remata.
Asimismo, compara la situación familiar de estos jóvenes, a quienes los sitúa en un grupo de los que aún viven con sus padres y están bien educados pero sus carreras “están en un punto muerto”, donde solo hay ‘baristas’ y bartenders con licenciatura, justo lo que sus madres siempre soñaron para ellos”. De igual forma los etiqueta como grandes usuarios de redes sociales y más concentrados en sus intereses que en grandes puestos de trabajo.