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“Hay batallas que se ganan rindiéndose”, señala esta modelo ecuatoriana de 29 años y cabellera negra suelta, que incursionó en el mundo de las pasarelas a los 18 años. “Me dijeron que tenía que adelgazar. Dupliqué el ejercicio. Dejé de comer y generé un rechazo a la comida”, recuerda.
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De 1,70 metros de estatura, llegó a pesar 44 kilos y, a causa de la anorexia, perdió dientes, sufre de insomnio y tiene problemas en el hígado y la tiroides, que hoy le causan sobrepeso.
Después de un tratamiento psicológico ganó varios kilos y sufrió una recaída. Intentó de nuevo perder peso con una “malla lingual”, un procedimiento relativamente nuevo y muy discutido que consiste en aplicar material quirúrgico sobre la lengua para eliminar la sensación del gusto e impedir la ingesta de sólidos.
Pero este recurso derivó en una infección que afectó los riñones de Donoso y todos estos trastornos cambiaron por completo su cuerpo.
Ya recuperada, decidió seguir su carrera. En 2012 fundó la agencia Plus Trends, que agrupa a 20 modelos de catálogo de medidas grandes.
En una casa de dos pisos en el norte de Quito, imparte lecciones de maquillaje y modelaje en pasarela a mujeres con sobrepeso. Aquí ninguna rehúye a los espejos ni a las fotos. “Lo que queremos es mostrar un prototipo de belleza más apegado a la realidad, pero también queremos acoger a mujeres para reforzar su autoestima sin importar la talla”, señala.
En su camino hacia la aceptación debió destruir las fotos que la mostraban delgada. En 2007 una de sus amigas anoréxicas murió. “Me di cuenta de que la gente sí se muere de anorexia”, dice conteniendo el llanto.
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Muchas acuden a su local atraídas por su historia. Donoso les cuenta que malvivió durante cinco años con anorexia y que pese a ganar peso no renunció al modelaje. “Esto no cambia el mundo. No va a cambiar al tipo que te dice gorda y se ríe, pero va a cambiar la manera en que tú lo recibes. Para llegar a esto tienes que aceptarte a ti misma”, sostiene.
En Ecuador, el 38% de la población, unos cinco millones de personas, tiene sobrepeso, según una encuesta oficial. Sin embargo, no hay estadística local sobre anorexia y bulimia.
Es difícil levantar datos al respecto porque “la gente no llega a los hospitales a pedir atención por tener anorexia o bulimia, sino por dolencias vinculadas a estos trastornos”, explicó una fuente del ministerio de Salud a la AFP.
– Carreras virtuales para adelgazar –
Donoso llegó a la anorexia presionada por la exigencia y competencia en el ámbito del modelaje, aunque este trastorno involucra a mujeres de cualquier oficio que buscan ayuda en portales de Internet con consejos para perder peso dramáticamente.
Daniela Ponce, estudiante de psicología, tiene 22 años y sigue un tratamiento para superar la anorexia que padece desde los 15. Lo primero que debió hacer fue alejarse de los sitios en la web que sugerían dietas extremas.
“Había blogs donde se hacían carreras de peso. Señalaban un día y todos los participantes ponían su peso inicial. Tenían un menú que era (comer) una uva al día o medio guineo. Duraba una semana y todos iban poniendo las dificultades que tenían en el proceso”, relata Ponce.
Incluso, cuenta, llegó a crear un perfil en Facebook para compartir fotos en las que sobresalían sus huesos. El sitio fue bloqueado por la misma red social.
“Estoy bien desde hace un año, pero todavía tengo un conflicto muy grande con la comida y mi imagen”, dice a la AFP.
Según la psicóloga María Cristina Castillo, la anorexia y la bulimia se desarrollan en etapas tempranas y tienen factores desencadenantes como separaciones, pérdidas o acoso.
“Factores motivadores pueden ser estímulos sociales como la publicidad”, señaló la especialista, y recordó que la web es utilizada por pacientes para “entrar en competencia” para perder peso. No existe en Ecuador legislación contra este tipo de páginas web.