Más allá de la prueba a la que se ha sometido la Franja de Gaza, los combatientes de Hamas, estimados en 20.000 hombres aunque el movimiento guarda silencio sobre sus fuerzas, han registrado “éxitos tangibles” en su batalla contra el ejército israelí, consideran los expertos en Gaza.
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Estos éxitos militares podrían derivar en una “ventaja política” para el movimiento islamista, señala Adnane Abu Amir, docente de ciencias políticas en la universidad Al Umma de Gaza.
La mejora de la imagen del movimiento palestino surgido de los Hermanos Musulmanes egipcios llega en buen momento, después del duro golpe sufrido por Hamas cuando el ejército egipcio destituyó al presidente Mohamed Mursi, perteneciente a la cofradía y que había logrado un acuerdo de tregua en Gaza entre las partes beligerantes en 2012.
“La guerra ha vuelto a poner a Hamas en el primer plano de la escena política regional e internacional”, sacándole de su aislamiento y de su crisis financiera, señala Abu Amir.
Y tras haber infligido al ejército israelí las mayores pérdidas desde el conflicto con el Hezbolá libanés en 2006, “su popularidad ha aumentado entre los palestinos y los árabes en general”, añade Jamal al Fadi, politólogo en la universidad de Gaza.
Hamas, considerada organización “terrorista” por Estados Unidos y la Unión Europea, ganó las últimas elecciones legislativas palestinas, en 2006, y un año después tomo el control de la Franja de Gaza.
Ante el bloqueo israelí y el cambio de régimen en Egipto, el movimiento islamista surgido en 1987 aceptó recientemente formar parte de un gobierno de unidad nacional que aúna las direcciones de Cisjordania y Gaza.
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“Los gazatíes no lo olvidarán”
Desde el inicio de la guerra en Gaza, su brazo armado ha lanzado más de 3.000 cohetes sobre diferentes localidades israelíes, sembrando el pánico incluso en Tel Aviv o en el aeropuerto Ben Gurion.
Pero también ha sufrido golpes con la destrucción de sus túneles subterráneos, fundamentales para abastecerse de equipamiento y efectivos dentro y fuera de la Franja. El ejército israelí asegura haber reducido a la nada “todos los túneles localizados”, logrando así su principal objetivo de esta ofensiva, y haber matado a unos 900 “terroristas”.
Para Paul Schulte, experto en seguridad del King’s College de Londres, el movimiento islamista no ha conseguido que se materialice ninguno de sus objetivos, “que no parecen realizables”. Hamas se encuentra ante una situación “poco prometedora, y los gazatíes no lo olvidarán”, sentencia.
En efecto, su popularidad ha crecido porque se “ha ganado la confianza de la gente al exigir que se levante el bloqueo”, explica el politólogo Wajih Abu Zarifa, pero esta popularidad es un arma de doble filo: “La gente se ha sacrificado, pero es necesario que las victorias conseguidas estén a la altura de sus sacrificios”.
Para ello, Hamas debe “dirigirse hacia una solución política, pues el aguante de los palestinos tiene un límite”, señala Fadi.
Para George Giacaman, profesor en la universidad de Bir Zeit y director del instituto para el estudio de la democracia con sede en Ramala, “todavía es muy pronto para hablar de ganancias para Hamas, pues dependerá en gran medida de que se materialicen las exigencias” durante las negociaciones en El Cairo.
Hamas deberá también mostrarse más comprometida con la reconciliación con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), ilustrada ya con la formación de un gobierno de unidad nacional que puso fin a la división surgida en 2007 entre las direcciones de Cisjordania y Gaza.
Y para imponerse como “movimiento nacional palestino”, deberá “separarse de los Hermanos Musulmanes, prohibidos en varios países árabes”, añade Abu Zarifa, como condición para recuperar las relaciones con Egipto, padrino imprescindible en las negociaciones sobre Gaza.