Cuando la economía va bien, es común que las empresas crezcan de forma rápida y desordenada. Esta falta de orden no representa un problema importante mientras la bonanza económica continúe, pero la situación cambia cuando se entra en un periodo de desaceleración.
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‘Para una compañía en una industria competitiva es muy caro desaprovechar la expansión económica, ya que puede verse afectada drásticamente su participación de mercado’, explica Leonardo García-Polo, country manager de Falcon MP, consultora en negociación y optimización de costos.
‘Para evitar esto, se justifica en muchos casos sacrificar márgenes y crecer con algo de desorden’, continúa.
Según García-Polo, para corregir esta situación, los ejecutivos pueden ejecutar dos tipos de estrategias:
Se puede optar por estrategias de corto plazo, enfocadas a ayudar a la empresa a ‘sacar la cabeza del agua’, implementando reorganizaciones y políticas de austeridad y control de gasto.
Otra alternativa es optar por estrategias de mediano plazo, enfocadas a realizar una revisión detallada de los procesos de la compañía para entender las necesidades reales de la operación.
‘Las acciones más recomendables son las de mediano plazo, pues generan cambios y mejoras que perduran en el tiempo e incrementan la competitividad de una empresa’, indica García-Polo.
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Destaca que ya muchas empresas peruanas están abocándose a optimizar recursos y reducir sus costos, lo que les dará una mayor capacidad de reacción en el caso de que la situación económica del país vaya peor de la que calcularon incialmente.
Finalmente, detalla García-Polo, ‘es muy importante asumir el reto del crecimiento con una mirada integral y cautela, buscando crecer orgánica y ordenadamente, para no vernos en apuros ante enfriamientos económicos puntuales’.
Señales de desorden Algunos indicadores comunes de crecimiento desordenado en las empresas son:
- Agresividad. Incrementos porcentuales excesivos en marketig y publicidad.
* Poco control. Menor seguimiento al cumplimiento presupuestal.
* Poca planificación. Flexibilidad en la planificación para poder hacer frente a variaciones de demanda.