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Rousseff debe ahora evitar goleada en la economía si quiere la reelección

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La profunda depresión de Brasil tras la paliza recibida en la Copa del Mundo no necesariamente afectará las aspiraciones de reelección de la presidenta Dilma Rousseff, quien ahora debe ponerse al arco y evitar una goleada a la alicaída economía, según analistas.

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El desánimo de los brasileños es infinito tras el sueño que se tornó pesadilla cuando los alemanes clavaron un 7-1 a la Seleçao el martes en la semifinal del Mundial.

“El fútbol es muy importante para Brasil, y una derrota de esa magnitud sólo puede afectar profundamente el espíritu de la nación”, dijo Luiz Antonio Machado, profesor de sociología de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro (UERJ).

Pero aunque en Brasil el fútbol es religión, los analistas señalan que para la población su bolsillo es incluso más importante a la hora de escoger presidente.

Rousseff, del Partido de los Trabajadores (izquierda), es favorita para los comicios del 5 de octubre, con 38% de las intenciones de voto según el último sondeo.

Su popularidad se había visto beneficiada en los últimos días por el éxito de la organización de la Copa y el avance de la Seleçao, que buscaba conquistar su sexta estrella, esta vez como anfitrión.

Pero la derrota ha caldeado los ánimos. Muchos hinchas insultaron a Rousseff en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, tal como ocurrió en el partido inaugural el 12 de junio.

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Los insultos revivieron las quejas ciudadanas por los 11.000 millones de dólares de las arcas públicas gastados en la organización de la Copa, en vez de en salud o educación, una de las principales quejas de las manifestaciones que sacudieron el país en el último año.

Persiste el temor de nuevos abucheos contra la gobernante el día de la clausura, el próximo domingo, cuando entregue la Copa al vencedor.

Y también de nuevas protestas, más masivas, luego de semanas de relativa calma. Una manifestación ha sido convocada en las redes sociales cerca del estadio Maracaná de Rio durante la final.

La “ostensiva” derrota “puede volver a engrosar las críticas, cambiar el humor. Habrá gente que volverá a preguntarse si valió la pena invertir todos esos recursos en una Copa cuando no tenía un equipo fuerte, un equipo que acabó siendo humillado”, declaró Humberto Dantas, profesor del Instituto de Investigación y Educación (Insper).

Pero Dantas considera difícil que vuelvan protestas como las de 2013. “Muchos eran estudiantes, y estamos en vacaciones escolares. La violencia de la policía, como también de muchos manifestantes, ahuyentó a muchos”, dijo.

Tanto el gobierno como varios analistas creen que el resultado de las elecciones de octubre no estará ligado a la humillante derrota de la Seleçao.

“La Copa es la Copa. En agosto el clima será otro. Ahora es el momento del sufrimiento, pero en agosto se dará vuelta a la página. Como gobierno debemos dejar claro que la infraestructura [para el Mundial] funcionó perfectamente. Las elecciones son otro capítulo”, sostuvo el ministro jefe de la presidencia, Gilberto Carvalho, según el diario O Estado de Sao Paulo.

Para Joao Augusto de Castro Neves, director para Latinoamérica de Eurasia Group, “el impacto de la Copa en la elección es reducido”.

“En el pasado reciente, hay ejemplos de equipos jugando bien y presidentes a los que les va mal, y viceversa. No hay correlación”, dijo a la AFP. “El mayor riesgo era la organización de la Copa y todo salió bien allí”, agregó.

EL DESCONTENTO ECONÓMICO “Creo que el mayor riesgo para Rousseff en esta elección sigue siendo la economía, y no la Copa del Mundo”, consideró de Castro Neves.

La economía brasileña crecerá apenas un 1% este año, el cuarto consecutivo de magro crecimiento, según estimaciones del mercado recogidas por el Banco Central de Brasil.

Y la inflación es elevada: 6,52% en 12 meses hasta junio, superior al techo de la meta oficial de 6,5%. Irónicamente, fue la Copa la que empujó el índice al alza, debido al mayor precio de pasajes aéreos y hoteles.

“Lo que existe es un cierto grado de incomodidad con la situación actual del país: baja tasa de crecimiento, casos de corrupción de alto nivel, cosas que son desfavorables para el gobierno”, sostuvo Machado de la UERJ.

“Las protestas fueron más radicales después de junio del año pasado, pero decrecieron. Sin embargo, el descontento sigue. Las protestas pueden volver, pero no por la derrota. Los intentos de politizar la Copa no resultaron”, añadió.

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